Little bitches

Escuchenme, yo soy escritora.
Tengo el ego que se supone que debe tener el escritor, no importa que mis cuentos solo hayan sido leídos por mis profesores de taller y por algunos amigos en el baño. Soy escritora y escribo en un blog. Como todo lo que uno crea, después de determinada cantidad de tiempo, la creación toma vida. El bitching está vivo, el bitching hace lo que quiere, el bitching es Frankestein. El que putea es el bitching, no soy yo. Yo soy solo una suave niña que nada en éter y sueña con nubes. El bitching se materializa, aparece, se escribe solo. Las fotos me las manda un espía secreto de una aerolínea rusa, las historias son inventos anestésicos de un drogado, todo, todo, todo es ficción.
Escribir es drenar. Es exprimir neuronas, es dejar fluir.
Y leer? Qué es para ustedes leer? No es acaso recibir esos fluidos y dejarse llevar? No es cerrar los ojos aunque estén abiertos, no es apagar la mente por un rato y formar parte de lo que el otro propone?
En el bitching se propone vivir con más libertad, con más risa, con seriedad pero diversión. Se puede, si.
Y llorar mucho también, no contener, no reprimirse nada, ser más auténticos, ser reales, dejar salir la sensibilidad, la lindo, lo feo, la verdad, el amor, la muerte, el miedo, la mentira, la mierda, la nada.
Algunos de ustedes solo quieren leer de aviones y de tripulantes que se ríen de los pasajeros, de tripulantes idiotas a los que se le rompen las medias, de comidas recalentadas y turbulencias, de pilotos babosos y jefes odiosos, de empresas, de luchas, de gremios, de lima victor la concha de tu madre.
Pero el bitching no es eso, queridos.
El bitching es gatos y perros, es pedos de coca light, el bitching es el dolor de dejar a tus hijos cuando te vas de posta y que cuando volvés no te miren a los ojos. El bitching es los cuernos que te metieron cuando no estabas, el bitching es haber dejado TODO por volar. El bitching es llorar al ver a Bravi con Piquín, el bitching es aceptar que uno hizo un informe, el bitching es adicción a la pija, amor al avión, hambre, sueño, ganas de vomitar. EL bitching es encontrar al amor de tu vida, el bitching es el miedo a perderlo, el perderlo, y volver a empezar. El bitching es que te sobre la plata, que te alcance justo, que no te alcance. El bitching es mucho más que tacos rojos y pasaportes sellados. El bitching es el asco de todos los días, es el miedo que tenemos a vivir. El bitching es la decisión que acabamos de tomar, la más tonta… o la que puede cambiarnos la vida. El bitching es estar agradecido por lo que tenemos… orgulloso de lo que somos, satisfecho con lo que logramos… pero también es la vergüenza de lo que callamos.
El bitching es la tecla de escape.
Somos más que sardinas en medias de descanso, nuestros pasajeros son mucho más que nombres en la PIL y un par de comidas especiales en la 8C y la 9L.
Todos los días nos cuesta vivir, nos cuesta en una oficina, nos cuesta en un shopping, nos cuesta en un avión.
Hoy el bitching es una perra con tumores y mi papá internado otra vez. Hoy el bitching es 4 salchichas en el estómago y el auto viniéndome a buscar en 40 minutos, yo en bata, el lavarropas girando, mensajes de wassap, lágrimas en el teclado, y basta ya.

El bitching, para mí, es la desprolijidad de la vida. Lo impredecible, lo injusto, lo inesperado, lo merecido. El bitching me rescata y me hunde.
Porque el bitching es lo que cada uno lleva adentro.

Buen día a todos, pequeños bitches.