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Pero el pozo.

(Pinche)
Estábamos amándonos como parecía imposible amarse cuando escuché un crack entre mis dos pies. Miré hacia abajo y la tierra crujió hasta casi hacerme caer. Un rayo se dibujó en el pasto, abriéndolo como si alguien lo estuviera cortando con una sierra gigante, invisible, imposible de evitar.
Lo que ocurrió después, intento recordarlo de la manera más fiel posible, pero por más que haga esfuerzos, no deja de ser un momento borroso. Lo que queda claro es que cuando abrí los ojos, estaba en el piso, de este lado, y vos estabas de pie… del otro lado.
El terremoto dejó un hueco que no pudimos tapar, que no pudimos rellenar, que no pudimos saltar ni sobrevolar. Me asomé al precipicio y te miré. “Podés venir para este lado?” Te pregunté. Levantaste las cejas y los hombros.
Me dejé caer.
“No llores, no llores” Dijiste. No te gusta cuando lloro.

“Pero el pozo” Dije yo.
Pero el pozo.

Me dormí durante meses mirando tu lado de la isla. Tus ojos estaban allí, noche tras noche, mirándome casi como si estuviésemos en la misma cama, como me mirás cuando pensás que no me doy cuenta cómo me mirás, cuando pensás que porque no decís lo que te pasa estás a salvo, cuando pensás que no siento como a vos también te tiembla todo con los besos chiquititos. Pero no, no estábamos en la misma cama, ni mucho menos en la misma habitación, ni siquiera en la misma porción de tierra. Cómo se puede no estar ni siquiera en la misma porción de tierra cuando se estuvo uno adentro del otro? Yo sé que eso puede pasar, porque las cosas se rompen y a nosotros se nos rompió.

Me levanté porque mis rodillas se golpeaban entre sí por no ponerle ningún almohadoncito. Me levanté porque me dolían los huesos y porque tus ojos ya no estaban allí. Y yo confundo ausencia con abandono, y yo confundo verdad con maldad. Y vos confundís miedo con abandono, y vos confundís miedo con maldad.
El terremoto se llevó todo lo que había a mi alrededor, tengo que volver a construir. No tengo más que algunos galgos maltratados, olorcito a eucalipto, valijas destrozadas por los gatos y hambre de hot dog.
Vos tendrás tus cosas para empezar de nuevo, no puedo verlas ni adivinarlas, pero confio en que así será.
De aquel lado habrá quedado toda tu razón, tu certeza y tu bondad.
De mi lado la lava, los gusanos, la irracionalidad.
Seré la mala una vez más. Seré la loca, la ridícula, la desubicada, la mentirosa, la arrastrada, la que nadie quiera mirar.
Y vos serás un ángel que jamás se equivoca, vos serás el dueño de la verdad.
Y de tu lado de la isla, te lo cobrará caro el cuerpo cada vez que pienses en mí, y de mi lado de la isla, te aseguro que temblaré de solo imaginarme esa cosa que tienen tus labios.

Pero el pozo.

Pero el pozo, mi amor.

3 comentarios en “Pero el pozo.

  1. Uffff me gusto mucho el desamor, la perdida de alguien, la ruptura el "estar lejos aunque estuvimos adentro" es vibrante y por último el reconstruir haciendose cargo de lo que quedo de lo que es propio.
    Abrazo

  2. Estoy llorando. Soy una tcp frustrada por ahora, acá “curtiendome”. Y también pasé por un desamor, y estoy del mismo lado del pozo que vos. Increíbles tus palabras, increíble como me identifico cada vez más con cada post. Saludos M.

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