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Regards from Hell

(Pinche para escuchar.)
Mi vida podría tener etiquetas de búsqueda para resumir esto y no estar perdiendo el tiempo con lo que no nos interesa. Tipeá Galgos- Darkness- Mezcla- Pan- Mantas- Celular- Piel- Siesta- Bravo-Sierra-Juliet.
Tipeá Summertime Sadness, tipeá cables y parlantes, tipeá repeat one, tipeá tinta, tipeáme ésta.

Ayer un bebé de un año y medio me cortó el rostro cuando le asomé al Koala por el mamparo del galley delantero.
Suelen reir, suelen distraerse. Este no, nada. Me dejó con mi cara de azafata copada tarada, moviendo el dedito, dándole vida al Koala y haciendo una voz similar a como intuyo que debe ser la voz de un Koala. Me ninguneó ante la mirada avergonzada de sus padres.
Lo guardé en la cartera roja con odio y hombros levantados, sabiendo muy en mis adentros, que ese bebé es un poco como yo. Me dijo en idioma bebé “Metete ese koala en el culo y pasame el ipad, gila”.
Soy una idiota.
La semana pasada una tripulante me dijo en el galley que cuando me vio las uñas en el briefing pensó “ay que horror”. Jamás me esculpí las uñas, jamás me hice la “francesita”. Arranquemos porque detesto que se llame “la francesita”, me suena a una práctica sexual depravadísima que incluye o bien a una extranjera muy puta o a una menor de edad. No me interesa. Les pongo brillo a mis uñas e intento que los carros las partan lo menos posible, pero no me interesa el calcio, la fortificación, el largo, el ancho, la cutícula. Son uñas. Sirven para rascar, para apretar granos, para sacarse la mugre de abajo de las otras uñas.
Sin embargo, esa chica, con su perfect french, vio eso de mí. Que mis uñas eran un asco.
Bebé cortamambo, Tc subestimadora… Mundo 2- FBO 0
Qué semana de mierda.
Me vine de posta y dejé a Adela en una guardería por primera vez. Pienso en ella todo el día. Si tuviera Wassap la stalkearía día y noche, ver si está conectada, ver su última conexión. Estoy obsesionada con Adela, con el sonido de su respiración, con su piel, con lo que come, con cómo corre, con su mirada, sus juegos, su risa. Estoy obsesionada con que sea feliz, con que se divierta, con que no sufra, con que no se enferma, con que viva una vida larga y hermosa, y preferentemente, bien cerca mío.
Anoche, en la cama del hotel de Córdoba, empecé a ver mi álbum de fotos de Enero. Están subidas al facebook el 24 de Enero del corriente año. Bamba en todas ellas. Bamba durmiendo, paseando, comiendo, mirándome.
Me acosté con una tristeza insoportable, aún sabiendo que me la había buscado, que con cada foto no estaba recordando el amor sino el dolor. Pero bueno, lo hice igual. Media hora de fotos, media hora de Bamba en sus costillas, despidiéndose a cada minuto.
Apagué la luz y me dormí.
Así desperté hoy. Veo el Koala y lo cagaría a trompadas. Simple.

Me siento en el escritorio del Holiday Inn, que es mucho más cómodo que el de mi casa y no tiene gatos cabeceando el teclado, tengo una carpeta blanca adelante con más de 120 hojas impresas en casa. Escritos, posts, cuentos, listas de los posts elegidos para el libro, listas de entradas, listas de ideas. Nada me gusta, nada es lo suficientemente bueno para ustedes, nada estará a la altura del papel.
Escribir en el espacio es gratis, es como un machete en la palma de la mano hecho en birome. Se borra, desaparece, se saca lavando con agua o refregando con baba.
Pero imprimir un libro es tatuarlo con tinta en la piel.
Enfrentarme a la editorial con un archivo de 250 páginas para que ellos quemen, cosan, peguen… es darle las llaves de mi casa a los invisibles, darle las contraseñas a los enemigos, sangrar ante los tiburones.
Ustedes me destrozarán, leerán mis palabras y dirán que no fue suficiente, que esperaban más, que no valió la pena, que había más expectativa, que pudo haber sido mejor.
Mis libros serán mis hijos. Y los odiaré a todos ustedes por lastimarlos, por no decir que son bonitos aunque hayan nacidos feos, por no querer alzarlos y llevarlos a pasear y decir que se portan muy bien aunque lloren toda la noche.

Mis libros llorarán toda la noche.

Vomitarán sus mesas, sus camas, se cagarán en sus manos, en sus sillones, en sus carteras, en sus lugares elegantes, les mearán la cara cuando intenten cambiarlos; gritarán en sus reuniones de trabajo, morderán a los tíos gordos, le sacarán la lengua a los desconocidos y le dirán puta a la abuela.
Mis libros les harán pasar vergüenza.
Se odiarán mutuamente, y yo me retorceré en la cama, sintiendo que de mi endometrio salió la cosa más perfecta, más preciosa, más única del universo entero y que ustedes no la saben tratar. O no es acaso ese el dolor de ser padre? El mundo no es lo suficientemente bueno como para tratar merecidamente a nuestros hijos.
Entonces saldré a matarlos. A todos.
Me meteré en sus casas por las noches vestida de Black Bamba y secuestraré a todos mis hijos, los pasaré a buscar uno por uno, los meteré en mi bolso, y volveré a la Embajada, el único lugar donde tenemos inmunidad.
Querrán quemar mi casa, querrán quemar mis libros, querrán quemar la verdad.
No podrán.
Los tatuajes no se quitan, las palabras dichas no se retiran, las letras escritas no desaparecen jamás.
El For Bitching Only será verdad.
Y por cada cien de ustedes que arranque las piernas de mis hijos y las queme en un hogar, habrá uno que habrá entendido, habrá uno que lo huela, lo acaricie, lo mire de cerca, lo salve, lo entienda, lo ame.
O no es eso acaso lo que queremos para nuestros hijos?
Tipeá Koala- Vómito- Ira- Fuego- Embajada. Tipeá Venganza-Vergüenza- tipeá papel.
Tipeá Verdad-Verdugo-Vanidad-Víctima-Violencia.
Tipeá Virtudes-
Tipeá una V.

Ahora me tenés en tus manos.
Qué vas a hacer?

8 comentarios en “Regards from Hell

  1. Siempre busco tu tasa cada ves que subo al avion ya sea en el despacho o al recibirlo despues de escuchar las 2 mejores palabras del mundo…Condicion 1!

    Como hacer para reconocerte siempre me pregunto.

    Saludos desde eze

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