Es buenísimo porque antes de llegar a la fiesta de la empresa te pasás semanas pensando en el vestido correcto, ni muy corto ni muy escotado ni muy transparente ni muy ajustado… Porque es una fiesta de empresa, están los jefes, están los compañeros que después comentan, el puterío…
Es buenísimo porque durante días, en los galleys solo se habla del código de conducta, una saca temas como que hay que regular los tragos que se toman para no quedar mal, que hay gente que se va al surco todos los años, desubicada mal, que no entiende que no es un boliche y que te tenés que comportar…
Es buenísimo porque una se plantea ir tempranito a comer alguna cosa y después de los sorteos, bailar un ratito y luego irse…
Es buenísimo.
Sobre todo cuando llegás a la fiesta a las 12 de la noche después de haberte comido una hamburguesa en el auto antes de entrar, haberte perdido los sorteos, coimear al pibe de la barra para que te de fernetes, sacarle fotos a las entrepiernas de tus compañeras que tienen pollera, apretarte a tus 5 amigos gays solo porque te dicen que te aman y que sos la mejor y terminar con el vestido levantado adelante de la mesa de jurados de la jefatura.
Es buenísimo mentirte a tí misma durante un año entero, para una vez llegado el 3 de diciembre, simplemente, derrapar.