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Final del vuelo

Un día conocí a un hombre especial.
Desde el día en el que decidí amarlo, todo en mi vida comenzó a cambiar.
Casi inmediatamente, empecé a volar, cuando digo volar, es literal, empecé a trabajar de tripulante. De ahí en más, solamente yo sé lo que disfruté, lo que me divertí.
Tuve la convivencia más hermosa, más soñada… juntos, adoptamos a los animales abandonados más preciosos, y los bautizamos “los culinos”, inventamos bailes, pasamos doscientas noches sin dormir, nos reímos uno del otro, viajamos, volvimos y todo vuelta a empezar.
Nuestra convivencia empezó el mismo día en que empecé a volar. Juntos pasamos las cosas más difíciles y más graciosas. Juntos soñamos, planeamos, construimos.
Mes a mes, con cada rol, fui transformándome un poco, casi sin darme cuenta. Mes a mes me fuí acostumbrando al avión, a las gavetas, a los pasajeros, a los embarques, a las postas. Mes a mes fuí despegándome de la necesidad de estar en mi casa, fui aprendiendo a disfrutar más de dormir en hoteles y sufrir menos por si él me llamaba o no, o por si no me mandaba mensajes. Los celos del principio fueron acomodándose y los dos aprovechamos la libertad que te da este trabajo. El hacía cosas por su lado, yo las hacía por el mío.
En un momento, todo era perfecto y justo un minuto después de eso, empezó a fallar.
Alguien me dijo que la culpa siempre es nuestra, de los tripulantes. Que siempre nos estamos yendo, que no se puede contar con nosotros porque “nunca estamos”, que no somos una compañía real, sino que hay que aprovechar cuando estamos, porque mañana va a ser distinto.
Nunca lo ví así. Siempre me alegré de saber que podía regalarle vacaciones soñadas, traerle cositas de otras provincias y darle lo que más quería, su tan ansiada libertad.
Hoy, 3 años después de haber empezado este vuelo, se termina.
No sé todavía si la culpa fue el haberme ido tantas veces a la madrugada, no sé si fue perderme tantas fiestas, tantas noches, tantos besos. No sé si la culpa es del despertador a las 3 de la mañana, la llamada de roles el día de su cumpleaños o de la cantidad de veces que dije “no puedo, estoy en Mendoza”.
Solo sé que, un día, me di cuenta de que yo ya no era importante. Y desde ese día hasta el día de hoy, perdí la cuenta de las almohadas mojadas y los ojos hinchados al despertar.
Hoy, se terminó mi vuelo.
Mi plan es sufrir esta noche, hoy, y no sufrir más. Mi plan es que con cada lágrima se vaya cada miedo, cada olvido, cada dolor.
Que no digan que los tripulantes no sabemos amar, que el mundo se haga cargo de que tenemos demasiado amor, y que es él quién no lo puede manejar.
Comencemos el duelo por el final del vuelo, y una vez cumplidas nuestras horas de descanso, no olvidemos que estamos hechos con el único y simple fin, de amar.

10 comentarios en “Final del vuelo

  1. Los tripulantes de cabina son personas muy particulares, no son para cualquiera. Son eternos postergadores, siempre buscan un imposible, relaciones y personas raras, siempre esta la excusa "no puedo, estoy volando", "no estoy en Bs As"…
    Lo digo como tripulante que tiene unas cuantas hs de galley

    Pd: mejorate pronto!

  2. mmmmmmmmmmm yo no esoty de acuerdo, yo no uso mi trabajo como excusa para ausentarme y postergar, asiq habla por vos mismo.
    y v mejorate y todo pasa con el tiempo la culpa no es del tripulante es que hay poca gente con el caracter, autoestima y seguridad como para bancarse a un tripulante al lado y lo q eso conlleva, pero yo lo encontre y confio en que vos tb, tkm diosa!!!! y espero verte pronto en aep!!!

  3. Lo lamento mucho, realmente, es muy triste sufrir por amor, y yo lo pase… yo ahora estoy con alguien y siento que en algun momento este laburo va a ocasionar algun inconveniente, pero lo unico que puedo decirte, es que afortunada o lamentablemente todo pasa… componete de esto y segui…

  4. Nunca se puede saber lo que pasa dentro del 'mundo' de una pareja, por eso es tan difícil opinar.
    Y por eso solamente paso por acá para dejarte muchas fuerzas, lo importante es que te dejes hacer tu duelo como bien decir, llorar esta noche por el final del vuelo, quizás una mas o dos o las que sean… Pero finalmente respirar hondo para emprender otro vuelo recibiendo lo que sea que venga después, que seguramente va a ser bueno.
    Confío en que vas a estar bien, un beso grande.

  5. Nunca había comentado, pero te entiendo perfectamente!Mi relación era ideal pero con el paso del tiempo y las horas de vuelo, se fueron perdiendo muchas cosas. Pensas en qué momento se terminó todo y no hay respuestas. Es un trabajo difícil para ambos, los que nos vamos y los que se quedan. El consuelo que queda es que si no fue, es porque no tenía que ser, quizá con tiempo se revierta el rumbo. Pilas, todo pasa…

  6. Justamente coincide en el tiempo que empezaste a amarlo y empezaste a volar, tal vez duró lo que duró por esta actividad, tal vez hubiese sido mucho mas corto el vuelo si vos no te dedicaras a esta profesion que amas tanto. No siempre que falta algo se entra en pérdida, tus ausencias a él le daban libertad, y vice versa. Y como todo vuelo, tuvo su despegue , crucero, alguna turbulencia, y el aterrizaje. Hay muchos vuelos mas por hacer. dont give up!

  7. V, coincido plenamente con el segundo comentario: una TCP no es para cualquiera, hay que estar muy preparado y muy seguro, pero ya lo vas a encontrar, muchas lo encontraron; no es cuestión de alguien ni culpa de nadie.
    Es más, en uno de tus primeros posts escribiste que sos alguien "que hace exactamente lo que le hace latir el corazón…", y no es poco… así que seguí volando, porque los pax de verdad amamos eso: TCP's que les late el corazón y que sienten intensamente su vocación de servicio.
    Te deseo de corazón que la situación mejore pronto, y que tu cuore vuelva a latir con más fuerza e intensidad que nunca. Felices vuelos!

  8. V es posible te lo dice alguien que emprendió su vuelo tambien en ese momento y formé una flia y no imaginé que podría suceder cuando comencé, solo tenés que encontrar a la persona para vos que entienda la libertad no como abandono sino como crecimiento y conocimiento de uno mismo e incentivo para estar con el otro . Quien dijo que no es dificil, pero lo vale…

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