Habrán de saber que tengo una perra y tres gatos.
Bueno, lo que me pasa con ellos es que, no solamente los tengo, sino que los vivo. Son extensiones mías, me pongo en su lugar, pienso como ellos, me canso y descanso cuando lo hacen ellos.
Y si, son como hijos. Por más triste y patético que suene.
Mi gran proyecto de vida es poner una granja de animales abandonados en adopción sobre la ruta 2, con atención veterinaria y un equipo patrullando la ruta en sus dos sentidos desde Buenos Aires hasta Chascomús; levantando en la furgoambulancia a todos aquellos perros que se encuentren heridos y atropellados en las banquinas. Estos animales irían a la granja y allí tendrían atención veterinaria y cuidados hasta ser adoptados.
También tendríamos un número parecido al #911, #107 o #113 que sería para denunciar si atropellaste una animal en la ruta y crees que puede estar vivo, así como si viste uno abandonado y lastimado pero no pudiste parar a ayudarlo. Es imposible parar si vas a más de 100 km porque te llevarían puesto de atrás, así es que, nosotros con nuestras furgonetas con luces y señales, y la autorización municipal correspondiente, podríamos hacerlo.
Parece un sueño, demasiado ambicioso para una azafata tarada que arrancó en la vida vendiéndoles cremas para manos a las viejitas en las farmacias mientras esperaban su turno para ser atendidas; pero es lo que quiero.
Supongo que se podría empezar con el refugio. Un veterinario, algunos cuidadores y unas cuantas cuchas. Una página en internet para las adopciones y unos carteles en la ruta que inviten a conocer el lugar, a llevar a sus hijos a jugar con perritos, a dejar esos animales que pensaban abandonar en la costa. Quizás el Neverland canino, donde los sueños de los perros y los niños amantes de los perros se hacen realidad.
Si, ahora que lo pienso bien, es cualquiera. Es un delirio, es imposible que lo haga, un divague. Cuáles son las chances?
Exactamente las mismas que tenía una chica de 19 años intentándole vender cremas para manos a unas viejitas en la farmacia Selma de San Isidro de volverse azafata.
Boluda! Tus posts me hacen llorar!
(gracias)