Ventajeando a la azafata

azafata1¿Qué pasará por la cabeza de aquellas personas que surgen de abajo de las baldosas para pedirnos pasajes con descuento?

Personas que no vemos hace años, que no nos hablan,que no nos saludan ni por FB! y nos escriben para pedirnos descuentos en pasajes.
No les conté la historia de mi última terapeuta. Me atendí con ella más de 2 años y tuve que dejar ir porque se quedaba dormida en la sesión. Miren si seré aburrida.

Hace unos meses, después de 2 años de dejar de verla, me llama por teléfono A MI CELULAR para preguntarme…
1-Qué tal, cómo estaba.
2-Si seguía “tan contenta” trabajando en la aerolínea.
3-Contarme que había un congreso en Córdoba con otros colegas y blabla
4-Preguntarme si yo tenía descuento.

Creció una ira dentro de mí tan desmesurada… recordando aquellas tardes en las que yo contaba la felicidad de haber sido incorporada al plantel de Mi empresa mientras ella contaba ovejitas.
Me contuve para no insultarla, le contesté que los beneficios de pasajes eran para familiares directos y amigos declarados previamente y que no pueden viajar sin el tripulante y me enrosqué a explicar los términos y condiciones del acompañante de promoción… hasta que el odio se hizo demasiado grande y me quedé en silencio.
Sin más, se despidió.

O sea, para escuchar mis porquerías, no soy lo suficientemente buena pero, para conseguirte un descuentito en pasajes, si?

Y lo mismo con los amigos desaparecidos y los conocidos de conocidos.
No podemos darles pasajes porque nuestra política de pasajes no lo permite y SI PUDIÉRAMOS… no se los daríamos a ustedes! Preferiríamos darselos al chino de enfrente de casa que es un copado y que me vende coca sin envase y se la alcanzo después, para que visite a sus primos y antepasados.

Una chica que me sacaba las durezas de los pies en un centro de belleza en Mendoza, me pidió que le llevara las invitaciones de su casamiento a su hermana en Buenos Aires, para ahorrarse el correo argentino, y le dije que sí.
He traído docenas de Donnuts de Santiago, películas de Lima, aceite de Mendoza y aceitunas griegas…sin lucrar un centavo, pero sólo a la gente con corazón de oro.

Resulta que cuando querés ventajear a la azafata, tenés que ver si la azafata no tiene la capacidad de ver a través tuyo.