Te mando un besote

No es la primera vez que se habla en el bitching de la jerga aeronáutica. (ver anteriores publicaciones con referencia a “los muertos”, “qué miedo”, “me la pego” y “te cabió”.)
Pero hoy queremos dedicarle este gris y niebloso día (viene de niebla, no lo googleen) a una hermosa expresión creada por la chiquita más sexy que conozco. Esta expresión es… “Te mando un besote“.
No sé como nació, pero allá por el 2008, cuando compartíamos la primera fila en un curso de ingreso, empecé a escuchar, de esta niña, el rosario de pavadas que decía por segundo, provocándome incontinencia urinaria y pegándome todas sus muletillas, las que, meses después, repetiría como si fuesen propias. Ella les mandaba un besote a todos, a toda hora, en toda circunstancia…
En el medio de una conversación, en la que ella contaba alguna situación que había vivido, si la persona en cuestión la había puesto incómoda, le había hecho alguna maldad o algo que no le hubiese gustado ( puede entenderse por esto, una situación con sujeto masculino) ella terminaba el relato con la siguiente frase ” listoo, nos vemos, te mando un besote!” a toda sonrisas y saludando con la mano.
Poco a poco, como todas las buenas frases, esta también fue cobrando vida y se fue transformando, perdiendo su sentido original y ganando un nuevo significado. Se usa para cosas simples, cotidianas, sutilezas de todos los días,”te mando un besote” es la nueva ironía.

Hoy, en el 2012, “Te mando un besote” significa “pero por qué no te vas a la puta que te re mil parió” y todos sus derivados, esos que hablan de las conchas de las madres, las hermanas, las primas, las abuelas y también de mandar a hacer la caca, a los yuyos, o a donde sea, sin olvidarse de decirle que era nieto de un enjambre de mujeres de la calle y que te pueden succionar bien las partes íntimas, las que la persona prefiera, que se yo.

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Prohibido besar con el uniforme puesto.

Este post va dirigido a las personas que no son del ambiente aeronáutico.
Se preguntaron alguna vez..¿Cómo es que no se ven azafatas y pilotos en los supermercados, en las farmacias, en los colectivos, en las colas de los bancos, en las reuniones de padres?
¿Acaso estos seres se teletransportan desde sus casas al aeropuerto? ¿Acaso no comen, no pasean al perro, no van al bingo?

SI SEÑOR, SI SEÑORA, LA AZAFATA Y EL PILOTO TAMBIÉN VAN AL SUPERMERCADO CHINO, TAMBIÉN COMPRAN PRIME TEXTURADOS, TAMBIÉN SE CUELGAN DEL CABLE DEL VECINO!!!!
Lo que pasa es que no nos dejan hacerlo con el uniforme.
Así que nos vestimos de entre casa, nos borroneamos la pintura de la cara, nos dejamos suelto el horrible pelo frizado después de haber tenido el rodete todo el día.
Escuché una vez decir esta genialidad… “Odio a los brasileros, los aborrezco con todas las partículas de mi piel, en los Guarullos me los banco porque estoy trabajando pero, una vez caminando por Santa Fé venía una brasilera distraída que me empujó sin querer y yo enloquecí: Ah noo, ahora no tengo el uniforme, la recalcada concha de tu madre BRASILERA DE MIERDA HIJA DE PUTA tenías que ser!!!” Epa, epa… que fuerte no?

Parece ser que cuando nos sacamos el uniforme, sacamos el choma que tenemos dentro…
Yo para pasear la perra me visto tan mal, tan mal, que la gente en Monserrat no me quiere ni afanar.
Siguiendo esta línea, también podemos hablar del comportamiento ético en los hoteles, en las piletas, en los desayunos.
Una vez escuché decir en un hotel en Córdoba, a una tripulación acerca de OTRA tripulación pero de otra empresa, que se sentaba cerca: “ESAS son las Tripulantes? A la mierda están hechas concha! Y los Pilotos!? Es la tripulación del tren fantasma!!”
Claro, porque tu tripulación recién levantada, con la marca de la almohada, los ojos pegados de lagañas y el pelo engrasado son todos ganadores de Miss Universo, pero POR FAVOR!! HABRÁSE VISTO!!! Decime que te lavaste los dientes para bajar a desayunar, CONCHUDA! Decime que te pusiste corpiño! Decime que TOCASTE EL PEINE!! Cómo les gusta a las minas mirar a las otras minas eh? Y cómo les gusta a los pilotos mirar Culos, eh? Una cosa de locos. AL final, no puede una, tranquila, levantarse e irse a tomar un té con leche ahí, lo más bien, con tres medialunitas, un juguito… algún que otro sanguchito… sin que de afuera estén mirando si mantiene la línea.
Ya BASTANTE tenemos con no poder apretar en público!! Usted sabe lo feo que es tener ganas de morcillear con el novio y no poder!?? Una cosa horrible! Uno quiere darse unos besos, jugar a Arnaldo André, a Luisa Kuliok, a… que se yo… Cid y Echarri… y no se puede! Y le decís: no, mi amor no, con el uniforme no, y quedás como una TARADA!!

En fin.
Ahora ya sabe, las azafatas y los pilotos también se toman el 102, también van a telos, también usan el pago fácil, también prefieren el Scotty más que el Elegante, porque el Elegante raspa, pero como el Scotty es caro, terminan con el bidet, pero todo eso, lo hacen con ropa de civil, así usted no los ve.

Últimas tendencias.

Ahora está de moda insertar la pinza (modelo serrucho fino) en la pestañita de papel metálico de la boca de apertura del Cepita y, acto seguido, meterle el dedo índice, moviéndolo hacia los costados, ensanchando así el rectángulo y aumentando el flujo de líquido.
Es lo último, y queda precioso en el medio de la cabina.
También está la variante Serial Killer, se toma la pinza como Jack Nicholson en El Resplandor y se la clava en la tirita metálica, consecutivas veces, hasta lograr el objetivo. La maniobra Serial Killer también puede ser utilizada para partir los hielos gigantescos que nos abordan algunas mañanas, los mismos son traídos especialmente desde el Perito Moreno y está comprobado que su tamaño no guarda relación alguna con la capacidad en centímetros cúbicos de los vasos de plástico.

Los anteriormente descriptos cambios quedan vigentes a partir del día de la fecha y quedan registrados en la última revisión del Manual de Tripulantes de Cabina.

Muchas Gracias.

Te aman, te odian, y no dijiste ni Hola.

Por ser azafata, mi portero y mi tintorera me aman, también el dueño del restaurante de la esquina, mis vecinos y el kiosquero.
Por ese mismo motivo, la gente de tráfico (Ezeiza, Aeroparque y escalas incluídas) me detesta, como así también lo hacen todos los empleados de todos los hoteles donde me hospedo, es especial la gente de recepción.
La cara de ojete e inmundicia con la que me recibieron ayer en este hotel en el que me encuentro, nada más cruzar la puerta y caminar dos pasos, indisimulable, odiosa, enfurecida, asquerosa, es directamente proporcional al cariño de mi portero cuando me ve entrar de un gallegos a las 8 am, trasnochada y vampira, y me dice “Te vas a dormir, V?

El uniforme de las mil pasiones, demuestra que sin decir una palabra, podemos provocar sentimientos diametralmente opuestos en distintas personas. Todo depende del cristal con el que se mire, del lugar donde ese ser esté parado, de su universo individual y de su experiencia personal.