(Pinche)
Vento apareció en una foto en mi facebook hace más de 2 meses. Se lo veía hermoso y triste, dañado pero con agradecimiento y sabiduría detrás de todo ese pasado que jamás podremos adivinar.
Yo dudo acerca de todo, lo sabrán. Pero en cuanto a los ojos de los perros, jamás tengo dudas. Éste era el que yo tenía que traer a casa, éste era el que yo tenía que cuidar.
Después de más de 50 días de putrefacción, sangre y gusanos, la herida de Vento cerró. Empezó a correr, a saltar, a jugar. Aprendió a tomarnos el tiempo a los humanos, aprendió a hacer pis afuera, aprendió a llorar cuando no estoy. Y mientras aprendía, empezó a enseñar. Y yo, que soy de las que se las saben todas, descubrí que en el fondo no sé nada y que me faltan muchos maestros perros para poder cancherear.
Hoy es el día 65 de Vento en casa y decidimos dormir hasta las 3 de la tarde, para festejar. Dejé que me llenara las sábanas de pelos, que me enredara el pelo con sus uñas, dejé que lamiera un plato con migas y también un poco la cara. Le dejé hacer todo lo que quería hacer, porque eso es lo que hago cuando amo. Nada me importa, nada me pone de malhumor, nada me parece mal. El único código es que nos guste hacerlo y no nos importa lo que digan los demás.
Festejando, llevamos el auto a lavar. Conté su historia más de 6 veces, a los del lavadero, a los que hacían cola detrás nuestro, a los que caminaban por la vereda… Vento es todo un ejemplar, es imposible que pase desapercibido y le pide amor a todos los que pasan, deja caer el peso de su cuerpo en las piernas de desconocidos y les transmite un tipo de amor que hasta entonces ellos desconocían. Todos ríen, y nosotros bailamos.
Festejando llegamos a la veterinaria, Ade no presenta signos de demodex en el raspaje, más motivos aun para festejar.
Entonces Vento subió a la camilla. Una gotita de sangre le aparecía en la punta del pito de vez en cuando y eso me preocupaba. Hace un mes otra vete lo había medicado por una posible infección urinaria, pero yo quería una segunda opinión, así que lo llevé a mi vete de siempre. Supuse que era cuestión de tomar unos antibióticos y estaríamos listos.
El mismo veterinario que operó 3 veces a Bamba, el mismo que raspa a Ade todos los meses, el mismo que le salvó la vida a Leia hace 18 años, le sacó el pito afuera dejando ver algo que yo jamás había visto antes.
Alrededor de la base, unas carnecitas enrojecidas sangraban apenas, unas carnecitas crecidas, como que no parecían deber estar ahí.
Qué es eso? Dije.
No contestó.
Suele no contestar.
Eso no es normal, no? Por qué tiene eso?
No contestó.
Le recortó dos pedacitos y le empezó a sangrar.
Los metió en un frasquito, los llenó de líquido y los cerró.
Mi estómago se empezó a endurecer. Yo sé lo que significa que saquen un pedazo y lo metan en un frasquito.
Tomás, no me gusta esto. Le dije.
“Bajalo” dijo Tomás.
Bajé a Vento de la camilla y una vez más, me senté del otro lado del escritorio, a escuchar como las noticias derrumbaban todos mis castillos de princesa de Disney.
Se llama sticker, es un tumor venéreo transferible. Algo así como el único cáncer contagioso, por via sexual, por las mucosas, el lamido y el olfateo de genitales.
Vento lo tiene y no sé el riesgo que puede tener esto para Ade.
Le pregunté si estaba seguro del diagnóstico y me respondió “es sticker, hasta que se demuestre lo contrario”. Resultados de la biopsia en unos 20 días, tratamiento: quimioterapia, volver a empezar.
Salimos de la veterinaria y Vento me saltó, me besó y se largó a correr.
Les mentiría si les dijera que no se me cayeron una o dos lágrimas, pero ya no soy la que era hace dos años atrás.
Ahora sé que voy a rescatar animales toda la vida, y como parte de esta elección, he tenido la suerte de que llegaran a los que más me necesitaban. Bamba, Ade y Vento, con sus particularidades, sus enfermedades, sus necesidades. Nada es casualidad, ni la mirada de Vento, ni sus fotos, ni el amor que sentí por él desde el primer momento.
Vento hoy es parte de la familia, y aquí se va a quedar. Juro por la piel que me cubre, que tengo la total seguridad de que en ningún lugar lo van a cuidar mejor que en mi propia casa, su propia casa.
Aquí nos quedamos, aquí nos quedamos a pelearla, a acompañarnos en lo que nos toque porque somos fuertes y somos invencibles, hasta que se demuestre lo contrario.
Lo mejor para Vento y para vos.
Rescatar animales es una de las cosas más hermosas que hice en mi vida.
SAD 🙁
Lloré. Y no suelo llorar. Gracias.
Ay! Vi… Ay !Ve .. Sos demasiado lindo.Cuántas heridas y qué pocas casualidades. Apender a curar al otro sin esperar nada más…Nada es casual.
Vik, no te preocupes ni te asustes, aca en Pergamino (Rincón Animal Pergamino) hemos tenido muchos perros/as con tumores de sticker en las vaginas o el pene y la verdad q tienen buen pronostico, con solo algunas sesiones, salen adelante y muy bien. No te preocupes y le mandamos todas las fuerzas al hermoso de Vents.
Fuerza para los dos!
Sigo toda la historia de este valiente atigrado, creo que a Él no le importa siquiera cuanto vivir, mientras sea mimado! No creo en las casualidades y es por eso que se topó con VOS! Porque sos fuerte como un búfalo aunque te hagas la muñeca dañada. A la larga va a ser él quien te cure a vos.
Pd: cuando digo "él" no me refiero a Nestor eh.
Es la veterinaria de Estados Unidos y piedras???