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Nadie querrá ser como yo.

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Cuarta posta del mes.
Decir que me comen los piojos es exagerado? No estoy tan segura.
Mi casa es un cotolengo absoluto. Sabrán ustedes que yo resido sola en mi Embajada. Tengo, gracias al cielo, una buena cantidad de gente que amorosamente me ayuda y me acompaña en el buen cuidado de mis animales, los alimenta, les da cariño y paseos, pero no me pasan el trapo. Todavía no he logrado darles tanta lástima como para que me cambien las sábanas y las piedras de los gatos.

En una hora hice todo lo que no había hecho en el último mes, de manera vergonzosa me imagino cómo se vería un video de las diez mil cosas que hago, tropezándome, tomando un té mientras hago pis, subiendo a colgar la ropa lavada mientras esquivo la cabeza de Ade comiendo en el primer escalón de la escalera, “soplando” la tierra de las mesas de luz en vez de pasarles una franela.
Lavo los platos mientras se me mojan el jogging y las medias, saco la basura a la puerta aunque los vecinos me odien porque no es horario, paseo a Ade a los gritos DALE DALE DALE ADE APURATEEE, y dejo diez mil cosas sin hacer.
Finalmente, me baño, me pongo desodorante, pego una toallita a la bombacha, me subo las medias, me cierro la pollera, busco un corpiño, huelo las axilas de un top para ver si ya está usado, me voy al baño con una hebilla y una gomita de pelo negra y arranco meta y meta crema para peinar y spray.
Siempre bajo 2 minutos tarde. Siempre.
Son esos dos minutos que me lleva darle un beso en la trompa a la narigona y cerrar la puerta, bajar la escalera y darme cuenta de que me olvido algo, dejar tirada la valija, subir corriendo, torcer el taco, abrir la puerta, encontrarme con Ade tan feliz porque volví muy rápido, convencerla de que se acueste otra vez, taparla, darle otro beso y no olvidar recoger lo que me había olvidado.
Ayer olvidé el mouse y el mousepad.
Si, así de mal estoy. Me los traigo a las postas.

Hicimos un vuelo solo, 4276 a Neuquén. Un vuelo divertido y un poco inusual, apenas desprolijo pero muy cargado de amor. Una compañera llevaba a su mamá y a su hijito de casi un año y medio a la posta y el nene quería todo el tiempo estar conmigo. Es más, si no estaba conmigo, LLORABA DESCONSOLADAMENTE. Una cosa que no me ha pasado jamás en mi vida entera.
Terminé recogiendo con el carro en la cabina y el nene a upa, los pasajeros muy divertidos y amorosos con el bebé. Les decíamos que era un tripulante en entrenamiento, perdí la cuenta de la cantidad de gente que lo tocó y abrazó.
Llegamos a Neuquén a las 7 de la tarde.
Bienvenidos al Hotel del Comahue, hotel que, me acabo de enterar, los Neuquinos usan como telo.

Yo soy una verdadera amante de los telos, no se crean que no.
Creo que tienen algo impersonal que lo convierten a uno en la persona que necesita ser en ese momento. Te dejan olvidarte de todo y jugar.
El hogar propio está demasiado cargado de emociones, debo decir que no ha resultado fácil abstraerse cuando Adela está con la lengua de costado y las patas hacia arriba mientras yo estoy haciendo prácticamente lo mismo. Se escuchan los vecinos putear a los hijos, los gatos rascan el sillón, el uniforme cuelga de la puerta, el contestador de casa reproduce la voz de una conchuda de Falabella que reclama mis pagos.
Así no se puede coger.
Y la casa del otro?
Es más fácil para uno, pero más difícil para el otro. Y se suman esas inseguridades… habrá garchado con otra en esta cama? La habrá puesto contra el placard? La única manera de que no sea así es que el hombre en cuestión se haya mudado hace 15 minutos y no hubiera ninguna mujer involucrada en la mudanza, caso contrario… el mambo siempre ataca.
Ahí es cuando el telo viene a rescatarnos.
Quién garchó ahí? TODOS.
Quién acabó ahí? TODOS. Y no solo ahí, también ahí, ahí, ahí.
No pasa nada, hagamos lo mismo, refreguemos la argolla por tooooodos los sectores, por las paredes, los picaportes, el espejo de la pared… total en el telo no importa, el telo es para ser asqueroso…
Pero un hotel en el que me quedo cuando vengo a pernoctar mientras estoy trabajando? Todo enlechado? Todo pijeado? No señor! Eso no me gusta en absoluto! Ya bastante desconfianza me da que siempre que piso el hotel el acolchado sea EL MISMO. Vaya uno a saber hace cuánto que no lo cambian. Si no cambian las galletitas del frigobar desde el 2012 no deben lavar el acolchado superflujeado.

Decidí darme un baño de inmersión. En mi casa no tengo bañera, así que este es el GRAN momento de la posta.
Puse el tapón y abrí el agua, BIEN CALIENTE. Me baño con el agua como para arrancarme la piel como un paquetito de gomul.
Me saqué la ropa y recordé el último número de Inrockuptibles en mi valija! Corriendo lo agarré y metí el piecito a ver qué tal el agua. Me quemé la uña. Genial.
Abrí el agua fría que salía con una juerza descomunal, mientras tanto con el pie iba batiendo el agua, haciendo que se mezcle y que todo se transforme en placer total.
Me metí, revista en mano, a oler ese olor que tienen esas revistas. Papel de calidad genial, notas copadas, fotos de Damon Albarn y la historia detrás de su nuevo disco. Pasan los minutos y escucho un portazo. Alguien en la habitación contigua ya está listo para bajar a cenar. Recuerdo que tengo cita con mi tripulación en apenas minutos y apoyo la revista, cuidadosamente, en el piso, mientras sumerjo la cabeza y escucho los ruidos del mar. Con los ojos cerrados apago mi mundo unos segundos, todos los segundos que mis pulmones me permiten, y sueño con ese universo en el que mi pelo de sirena es suave, y los ruidos suenan lejanos y anestesiados. Me lavo el pelo, me enjabono, me enjuago y decido soltar el tapón.
Me quedo en el agua intentando estar calentita hasta que baje un poco y me empiece a cagar de frío, pero antes de que suceda eso, me encuentro con un tsunami de agua inmunda saliendo de la rejilla e inundando todo el baño. Damon Albarn surfea las olas ante mis ojos doloridos. NOOO DAMON NOOOO!!!! Alcanzo la revista antes de que quede completamente arruinada y la apoyo en la punta de la bañera. El agua sigue saliendo de manera descontrolada y con mi talón hago tapón en el desagüe de la bañera mientras el agua empieza a bajar.
15 PUTOS MINUTOS SOLTANDO EL AGÜITA CON EL TALONCITO, APOYA TALÓN, LEVANTA TALÓN, SUBE EL AGUA, SUBE, SUBE; APOYA TALÓN, BAJA EL AGUA,  LEVANTA TALÓN y ASÍ HASTA EL FIN DE MI CONCHASEQUEZ.
Finalmente la bañera está vacía, Damon se encuentra empapado y avejentado y yo, bien cagada de frío, me estiro y alcanzo las toallas.
Apoyo los pies afuera de la bañera, en esa mugre de agua con caquita neuquina y salgo rápido del baño. Me seco y agarro mi bolsito, el de las cremas, los perfumes y los esmaltes.
Lo agarro con dedo pulgar e índice, metiendo el índice dentro del cierre. De pronto siento un pinchazo mortal, uno como el de Maléfica a la bella durmiente, uno que me dejará fuera de combate y de toda posible historia de amor. Me mareo, me desmayo, estoy drogada, qué pasó?
Pasó que apreté con todas mis fuerzas las hojitas de una gillette nueva, entrando estas dos, lo más profundo permitido debajo de mi piel. Suelto el bolsito, las cosas se desparraman por el suelo y mi dedo empieza a gotear sangre. Voy corriendo al baño y piso el agua helada y sucia. Puteo una bella puteada, bien completa e intensa y pongo el dedo debajo del agua mientras invento nuevas maneras de cagarme en tu puta madre.
Me chupo el dedo mientras busco curitas en el bolsito revoleado. Cuando estoy por tragar me doy cuenta de que es mucha sangre y corro al baño, piso el agüita fría de nuevo y escupo como en esa publicidad de ese inmundo al que le sangran las encías. TODO ROJO. Ay me estoy desangrando qué horror. Me pongo las dos curitas bien apretadas y me empiezo a vestir.
Abro la puerta y están las señoras de limpieza justo en mi puerta, que me facilitan un secador. Saco el agua de una vez y bajo a cenar.
El encuentro transcurre sin mayor novedad, salvo porque la comida del restaurante del hotel es una puta mierda y todos la dejamos en el plato. Yo se lo digo al mozo y me odia, se le achica el ojito del odio mientras me despide y me doy cuenta de que me tira rayos lásers deseándome lo peor.

Esa noche, por algún motivo, me quedo dormida con jean, remera, camisa, zapatillas puestas, luces encendidas y televisión con volumen.
Me despierto a las 7 de la mañana, es de noche.
Apago las luces, apago la tele, me saco las zapatillas, me saco el jean, me saco la camisa, me meto en la cama. Le sigo dando hasta las 10 y cuarto.
Con un ojo abierto y uno cerrado levanto el teléfono de la mesa de luz. Disco 520 y le pido amablemente algo para desayunar a la señorita del otro lado.
Unos minutos más tarde me iluminan la mañana con medialunas, tostadas, jugo y agua caliente. Yo llevo mi propio té verde en la cartera porque soy una vieja conchaseca y tengo dos mil quinientos años y no tomo té negro ni en pedo.
Desayuno en el escritorio con la bella luz del sol que entra por el costado del PAREDÓN que está enfrente de mi ventana. Escucho música. Todo es amor.
Recibo novedades de mi perrita y mis gatitos.
Enchufo la compu. Leo, escucho, escribo. Me enchufo el cable a la nuca y empiezo a compartir.
Soy la prueba viviente de esos videos que incitan a las personas a ser libres de la tecnología, de las mentiras de las pantallas y las redes. Soy la musa inspiradora de todos esos pequeños diciéndote que salgas a la vida, que respires el aire, que mires a la gente a los ojos, que dejes los aparatos, que vivas la vida de verdad. Soy este lado de la matrix, soy esta mujer sin cuerpo, sin ojos, sin vida real ni amor, soy la mujer que se va dos veces por semana, soy la mujer que nunca podrás amar. Soy la madre de mis animales, soy la amiga de nadie, soy la que baila con los ojos cerrados, ebria de tantas maquiavelias, soy la que se pelea con la gente del barrio a los gritos por defender la integridad física de su perra cuando la quieren patear, soy la que te recibe en jogging y se baña mientras te haces un fernet en el living, soy la que se anota en todos los cursos y los deja, soy la que solo vive para escribir, soy la que te abraza fácil, la que no se olvida, la que no entiende, la que no sabe cómo, la que no sabe dónde está.
Qué sentido tendría apagar los aparatos, salir a la calle, respirar este sol? Mirarlos a los ojos, tocar el pasto, correr los riesgos, sentir una libertad irreal?
Viajamos con las mochilas que llenamos de nuestros miedos.
Nos las llevamos a todos nuestros viajes, a todas nuestras liberaciones.
Yo estoy a salvo aquí. Con ustedes. Detrás de la pantalla, siendo nadie y siendo todos. Jugando a esto que nos hace tanto bien.
Pasan las horas, me duele la espalda. Quedé con mi piloto y mi copiloto para almorzar. Me quedan unos minutos, presiento el jugo de naranja apurando algo en mis entrañas y me alegro de saber que voy a poder hacer caca.
Considero que hacer caca es una de las mejores cosas de este mundo, junto con otras que no vienen al caso.
No es que quiera darles detalles específicos de este tema que no les interesa leer ni a mí describir, pero es necesario conocer el contexto para comprender.
En determinado momento estoy en el bidet que es de los que no tienen duchita rociador hacia arriba sino ese chorro potente que sale desde atrás, algo muy repudiado por las tripulantes más pajeras de la empresa y otros compañeros que no comprenden como utilizarlo.
De alguna manera me ingenio para utilizarlo correctamente mientras siento en mis medias algo calentito. Me pongo a pensar que en mi casa pasa lo mismo. Cuando usas el bidet con agua caliente, el piso toma la temperatura del caño, o del agua, no sé; esa es mi teoría, porque ando descalza y es como si hubiera una losa radiante. Está bueno, porque está fresco y es lindo sentir ese calentito en los pies. Apago el agua detrás de mí y en eso veo como lo que en realidad está pasando es que LA PUTA REJILLA DE AL LADO DEL INODORO ESTÁ DEVOLVIÉNDOME EL AGUA DEL BIDET y MIS MEDIAS SE ESTÁN MOJANDO.
Losa radiante. PUEDO SER TAN PELOTUDA?
Me saco las medias, me lavo los pies, me pongo medias limpias y salgo a comer.
Un hermoso almuerzo repleto de ese cariño que te da la gente que te cae bien.
Volvemos arrastrándonos, demasiado repletos de pan, pastas, salsas, queso, postres, dulces, frutas y agua con gas.
El vino no tuvo NADA QUE VER con caer rendida en la cama, vestida otra vez.
Me levanto a las 7 de la tarde. Hace 24 horas que estoy en Neuquén y no viví más que accidentes.
Me levanto y me enchufo de nuevo a la net. Me pongo las zapatillas para hacer pis y no mojar mi último par de medias, reviso la Inrockuptibles echada a perder, escucho Audioslave en repeat one, chequeo en el rol a ver si por una de esas casualidades el Bahía que tengo después de la vuelta a Aeroparque desapareció mágicamente de mi rol, pero no, sigue ahí.
Y pienso en todas esas cosas que nos pasan, mientras estamos conectados aquí. Me enchufo a ustedes y los escucho, los miro, los abrazo. Pienso en ese pequeño de 24 años que perdió la vida en el baño del hotel, pienso en los miedos de quienes me escriben porque no pueden amar, pienso en los ojos llorosos de esa mujer que perdió a su aviador estando en sus propios brazos, pienso en lo injusto, en lo impredecible, pienso en las casualidades, en las conexiones. Por qué ustedes ahí, por qué yo acá?
Debería salir a la calle, respirar al sol? Debería alejarme de todos ustedes, encerrados del otro lado, pendientes de mí como yo de ustedes, adictos unos a los otros, buscando algo que no sabemos qué es?
Suspiro.
Esta noche no voy a dormir.
Me pido una sopa de calabaza al 522. Me llaman una hora después para decirme que están en la puerta de la habitación equivocada. Misterioso, llaman a la habitación correcta pero tocan a la puerta equivocada. Si te olvidaste de mi sopa está todo bien amigo, vengo pisando agua de cloacas desde que llegué a tu provincia, está todo bien. Finalmente llega la sopa, 55 pesos y 12 pesos de room service por un plato hondo gigantesco decorado con pimentón en sus puntas, conteniendo LITERALMENTE 25 cucharadas de CREMA DE LECHE rociada con Eau De Calabass, porque de calabaza no tiene UN CHOTO A LA VELA.
Me la tomo, ya fue. Pero cuando le quiero pasar el pancito al plato… pinche aquí  y luego pinche aquí.

Me chupa todo un huevo, no ven que estoy vencida, que soy enteramente suya, que todo da igual.
Siga maltratándome Neuquén, siga tratándome como si yo fuera la escoria de este universo, que yo seguiré poniendo la otra mejilla, seguiré viniendo a recostarme en sus camas enlechadas, comiéndome sus comidas hediondas, pisando sus charquitos de caquita.

Seguiré con la frente alta, haré el 4270, el 4272, el 427LAQUE VENGA, sin miedos, sin temores, sin dejarme vencer.
Ahora me desenchufo de esta red. Dejo sobre la mesa todos mis cables, los dos pancitos, el plato vacío y el aura de mis dedos sobre el teclado.
Y ustedes… qué hacen ahí? Salgan a la vida! Miren a los ojos, apaguen los teléfonos, cierren las pantallas, pónganse un abrigo y salgan a vivir.
Ustedes no querrán ser como yo,
ustedes no querrán estar cableados también,
no querrán vivir escapando,
viviendo a través de historias.
Vayan y apaguen todo.
Salgan a la calle, búsquense un novio, compren algo rico, corran con sus perros, basta de libros! Basta de historias! Basta de penas! Miren vidrieras, sean felices, hagan un viaje, hablen con seres humanos de verdad.
Corten el encierro,
dejen de ser esto que están siendo hoy.

No querrán ser como yo.

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Por cada 430 trolas fáciles descerebradas hay una borracha genial como vos.

No te desperdicies.

Decir Adiós

(Pinche)

Me jacto de haber aprendido de todo. Muestro mis credenciales, mis diplomas, brindo por el camino recorrido.
Soy tan genial.

Cierro la puerta de casa y los habitantes me miran entrar, derrumbada, acabada.
Una vez más ha llegado la hora de decir adiós.
El corazón desaparece en el mismo acto de magia que dio comienzo cuando te encontré.
Tus hermosos ojos, tu pelo negro, abrazarte, adiós.
Dejarte ir es tonto? Es sabio? Es realmente lo mejor?
Por qué motivo me han hecho tan capaz de lidiar con las iniciaciones, con el primer contacto, la iniciativa y el valor… por qué motivo soy tan incapaz a la hora de decir adiós?

No podré mirar tus ojos.
No podré decir las palabras.
No podré ver como te alejas.

No me voy a dar vuelta para verte partir, no quiero escucharte llorar.
Me voy a ir rápido y para siempre.
Me voy a ir a enfrentar de nuevo con toda esta muerte.
Espero que lo entiendas, espero sepas que, aunque no pareció, te amé.
Y que no habrá manera de no extrañarte, de no pensarte, pero día a día, cada uno en su lugar, aprenderemos a que pase el tiempo, aprenderemos a reemplazar.