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Distrito 13.

 

Ya me quedó claro que si la voté a ella, somos todos unos choriplaneros, chorros, negros, mugrientos, villeros, que deberían haber muerto al nacer, escoria del país, jamás agarrar una pala, jamás estudiar.

Ya me quedó claro que si lo voté a él soy un antipatria, un cheto de mierda con caca en la cabeza, una persona que solo quiere su bienestar, que hace caca con olor a dólares a 40 pesos y que si quería el cambio entonces mejor me hubiera hecho puto.

Me quedó claro que si visto un pañuelo verde soy una tortillera asesina mata bebés que odia a los hombres y no tiene respeto por la vida humana y solo quiere abominaciones para el futuro de nuestra generación. Me quedó también claro que si visto de celeste soy una asesina de mujeres en problemas, de mujeres pobres sin recursos, sin enseñanza. Me quedó claro, sos cheto, sos negro, sos asesino, sos chanta, sos opus dei. Todos somos una manga de mierdas vistos desde la vereda de enfrente. “Yo seré una mierda pero al menos no soy chorro” “Yo seré una mierda pero al menos no mato bebés” y así, todo el día.

Leí un libro que me partió la cabeza, de una señorilla llamada Agustina Bazterrica, Cadáver Exquisito: una plaga mata todos los animales del mundo, y se empiezan a criar “cabezas humanas” para consumo de su carne especial. Nadie lo ve como algo horroroso, a todos les gusta la carne y esos humanos no son normales, fueron criados para ser alimento. Ni más ni menos que lo que decimos nosotros “No podría comer perro, mi perro es el amor de mi vida, lo amo, es especial. Las vacas, los pollos, los peces, fueron criados para alimentarlos, es la ley de la vida, es la naturaleza humana”. También era naturaleza humana pegarle con el garrote a la mina en la cabeza y llevársela a la cueva, pero evolucionamos, aprendimos, somos mejores.

Desde que empecé a fantasear con la idea de quedar embarazada, la gente me dijo que volvería a comer carne, en algún punto del embarazo. Bueno, guess what? Si había alguna chance, el libro de Bazterrica logró repugnarme de tal manera que lo veo imposible. O digamos que lo veo igual de posible que comerme a un humano, ustedes qué creen? De todas maneras, lo de tener hijos parece que va a ser bastante difícil en esta vida, así que parece que no voy a tener que preocuparme por el asunto de tentarme con un mcdonald´s. El asunto es, haberle dado tantas vueltas en la cabeza y darme cuenta, de golpe,  que normalizamos tipos de violencias cotidianas, mientras luchamos contra otras. Con los niños no! Con las mujeres no! Con los animales?? mm si, con esos dale, porque son ricos y es cultural. Está bien que seleccionemos a cuáles vamos a proteger y a cuáles explotar y asesinar. Los ciervos me encanta verlos, estoy en contra de la caza, lo que cazan son unos hijos de puta! Pero si voy al sur, un ciervito ahumado, eh? Seee, que rico!  Así somos todo el día, así somos de hipócritas, así somos de ciegos, así nos dejamos llevar, año tras año por una tradición macabra, que mueve nuestra economía, que mueve el mundo.

“No, bueno. Es un extremo, yo no puedo dejar la carne. Me gusta, no quiero y no me interesa. Vos comías carne hace menos de 3 años, me acuerdo de las milanesas de la farola que te clavabas…” Si, yo también me acuerdo, eran riquísimas, fritas y con queso y tomate encima. El tema es que un día abrí los ojos y decidí parar, como espero que decidan parar los curas que se violan nenes de 8 años, como espero que dejen de matar los hombres a las nenas y de tirarlas a descampados, como espero que los maridos dejen de fajar a sus mujeres y que las chicas dejen de asesinar a sus novios. Pero nada va a pasar, porque a los hombres les gusta matar nenitas, a los curas les gustan los chiquitos y a vos te gusta el bife de chorizo. De la misma manera que a los políticos les gusta la plata, y mentir. De la misma manera que a miles de personas les gusta que hoy nuestro país se hunda para poder decir “Viste que yo tenía razón, MacriGato”.

Así que no me queda más que el encierro; los animales, las plantas, el avión y el distrito 13. Un lugar que empieza en las ruinas del 12 y termina en los paredones enredados del Burlesque.

 

De qué hablaba este post? No me acuerdo.

y me chupa un huevo.

 

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Un día me crecerán alas.

Ph Fernanda Fernández <3

Pinche-

Voy a tomarme un minuto más, Juliet. Dame sólo un momento más, dije.

Mi closet está demasiado lleno de plantas, me abrí camino a machetazos desde la puerta hasta donde cuelgan las perchas “hace tanto que no vuelo que ni siquiera llegué a estrenar el nuevo uniforme”.

Hace mucho que no volas, que no escribís, que no llorás de verdad. Dijo. Qué es llorar de verdad? Pregunté. De verdad es como hacías allá, en el distrito 12. Contestó. Es culpa de las plantas, agregó ofendido.

Me reí apenas. Puede que tenga razón, las plantas han tenido el efecto que supo tener el avión, el que supo tener el amor. Las plantas lograron que saliera de la cueva. De pronto, clorofila, de pronto fotosíntesis, de pronto semillas.

Pero no son suficiente. Nunca nada lo es.

Hoy es el día de abandonar barcos, las niñitas siguen apareciendo muertas en los descampados, en la calle la gente se detesta, los galgos siguen corriendo con los huesos partidos, la gente amada se enferma y los bebés… los bebés parecen no querer tenerme de madre.

 

Un día, me crecerán alas, y todo esto va a parecer una gilada.

Mientras tanto, bienvenidos al distrito 13.