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All the nightmares came today

(Pinche, no lo dude ni un segundo, y pinche. No se olvide de subir el volumen y pedirle a todos los que estén a su alrededor que se callen, que desaparezcan del planeta, o que escuchen con usted.)

No recuerdo nada antes de Laberinto, y si había algo antes, no quiero recordarlo tampoco.
David Bowie y Jennifer Connelly trajeron a mi vida una historia de amor, un mundo fantástico, criaturas dulces y temerosas, el universo que existe debajo de la cama y en los placards, perros que montan sobre otros perros, escaleras que no terminan nunca, seres que no deberían hablar pero sin embargo hablan… y un laberinto mental que todo el tiempo te hace pensar que lo que ves no puede ser real.
Puesto de esa manera, entiendo que Laberinto me formó, me marcó el camino, me enseñó a vivir la vida. Toda la fantasía comenzó con ellos, en forma de muñecos, de burbujas, de canciones.
Y siempre, siempre, siempre los necesitaré.
David Bowie ha creado y cantado las canciones que me acompañaron mientras los muñecos de abajo de mi cama eran asesinados por el paso del tiempo. Una parte dentro de mí, moría de miedo y no quería asomarse a esa parte oscura y llena de peligros, otra parte, decía que no existían tales seres.
Un día tuve que decidir, porque eso es lo que te hace el mundo.
Crecer o no crecer, dejar atrás, madurar. Transformarte en una de esas personas que hablan de cosas serias, dejar de mirar a las pequeñas hormigas como algo maravilloso, dejar de temerle a lo que se esconde detrás de las cortinas, dejar de imaginar.
Miré al mundo de frente y lo dejé que me llevara adonde fuera que tuviera que ir. Me olvidé, dejé la música, los juegos, los muñecos, los hechizos.
Me hice grande, mi piel se arrugó un poco, hablé de cosas importantes y me cerré el pecho con llave.
Una mañana mientras un hombre me sacudía de los pelos, las ideas se me desacomodaron un poco. Las sombras treparon sobre la hermosa luz que entraba por mi balcón y me quedé totalmente sola. ¿Si hacía frío? Pues claro. Me metí en la cama de una casa que ya no compartía con nadie y dejé que la noche avanzara, ja, como si fuera posible impedirlo. Me levanté de la cama sin encender ninguna luz y al apoyar ambos pies en el piso, sentí como unas manos me tomaban de los tobillos. Sabía que habían vuelto por mí y lloré, lloré en todos los idiomas, me resbalé por un tobogán infinito hacia abajo, y hacia arriba, en una oscuridad que se hacía más tenue y más hermosa, en una oscuridad llena de colores y de brillos.
Al abrir los ojos, todos mis muñecos estaban ahí. Me tiraron del pelo, rompieron mi ropa, me sacudieron, me metieron los dedos en los ojos. Me defendí como pude, de todos estos secuaces del Rey Goblin.
“ESTÁS DESPIERTA!? ESTÁS DESPIERTA!? ESTÁS DESPIERTA!!!?”- Preguntaban a los gritos.
SIIII SIIII SIIII!!! Déjenme en paz!!- Contesté.
Me levanté y caminé escoltada por gatos embalsamados, perros tuertos, un Virgilio desmejorado, Barbies sin cuello, un ET mudo y pequeños ponys con pelo enredado. Primero pensé que me había pegado mal la pepa, después entendí.
El mundo de la fantasía siempre viene al rescate.
Gracias a mis propios muñecos he sabido crear ese lugar al que van los que meditan, los que necesitan ponerse a salvo de ellos mismos. Lo único que hay que hacer es encontrar la llave.
Cuando salía de abajo de la cama, me asomé para dar un último vistazo y escuché a Virgilio decir: “lo único que tenés que hacer, es elegir una canción, después la magia vendrá sola”.
Y así lo hice. Eso fue lo que pasó cuando hace dos días, alguien me pasó esta canción, UNder Pressure A capella: la estaba buscando, la estaba esperando. Apareció.
David Bowie nos ha dejado sus canciones, su voz infinita, el color de sus ojos, su baile, su libertad, Laberinto.
Agradezco haberlo descubierto, haberlo disfrutado, haber despertado.
No sé si era joven o viejo, no sé si era rico, si estaba casado, si vivía en Inglaterra, si le gustaba la fiesta o si era vegano. Lo único que conozco de Bowie es su hermosa voz, sus letras, su forma de bailar. Lo único que me importa de Bowie es que era el Rey Goblin, y que le dio cuerpo, ojos y voz al origen de mi fantasía. No es poco, duque blanco, digamos que sos el culpable de todo esta locura, y te estaré eternamente agradecida por ello.

Cuando el mundo los mire de frente y les diga que ya es hora de crecer, apaguen las luces y permítanse sentir miedo, permítanse gritar de emoción porque una hormiguita, o llorar porque no les gusta la comida. Todavía estamos vivos ¿saben? y la locura es un lugar hermoso, lleno de colores, de risas y de muñecos hechos mierda.
Dejen de ser tan grandes y tan lógicos. Dejen de una buena vez de probar el vino a ver si está picado, no ven que hay un montón de goblins esperando para meterles los dedos en los ojos?

La puta madre, si yo estoy triste por la partida del Rey, no me imagino cómo se debe sentir Jennifer Connelly.

Bonus Track. Les dejo una llave ,)

1 comentario en “All the nightmares came today

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