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Cometa Galley

Hay un universo paralelo, en el que creemos que nuestras conversaciones más privadas no son escuchadas porque las filtra una manchada cortina azul que se desprende de arriba de esos cositos blancos que nunca sé poner…
El pequeño mundo de un metro cuadrado que posee el espacio justo para que gire el carro pero no lo suficientemente ancho como para que no choquemos los culos si la 3 viene de atrás con la gaveta…
Un divino espacio donde almorzamos parados en 1 minuto con 26 segundos aunque tengamos tiempo para sentarnos, mientras nos preguntan que querés tomar y respondemos no sé, lo que vos tomes y te sirven Sprite Zero y te querés matar.
Siempre está muy sucio aunque lo acaben de limpiar, siempre hay gotas en el mamparo o viene un jugo marrón de procedencia dudosa desde atrás de los carros, siempre hay un gabinete que no abre aunque le demos golpes que están claramente prohibidos por el manual de código de conducta de la empresa, siempre, siempre, pero SIEMPRE entra el chiflete por la 1L en el Gallegos.
Los baños son una lucha entre las bacterias provenientes de fluídos de trece mil quinientos pasajeros y el pobrecito Lysoform que nos mira con su piquito verde como diciéndonos “¿realmente crees que voy a ser suficiente?” pero así y todo lo mandamos al combate, a toda furia, para que como un buen soldado, muera en batalla cada gota suya, disuelta en el denso aire del cubículo.
Los jumpseats, probablemente el invento más cruel de la aeronáutica entera. La cosa más dura, incómoda y dolorosa sobre la que uno puede sentarse.
El visor granangular, a través del cuál uno jamás puede ver ABSOLUTAMENTE nada que quiera ver.
La alfombra… ay! la alfombra qué miedo!
Las gavetas que no fueron limpiadas jamás desde su creación, salvo por esas escasas veces en las que algún tripulante estrella se digna a tirarle un poco de agua, de esa del baño de la que no se puede beber y de lavarse los dientes con ella ni hablar, y moviendo así con un movimiento de este a oeste llega a cada rinconcito, a cada esquinita, despegando apenas los revolvedores, los pedacitos de borde de sobre de edulcorante y con asco y la boca fruncida, le pasa un papel, el pobre chico, para secarlo dejando unos pegotes de jugo que ahí quedarán hasta la próxima oportunidad.
Para las chicas siempre hace frío, y ponemos el delantal detrás del jumpseat del 2, en el revistero, adentro del carro, en la puertita que tiene dibujito de duty free, en la que tiene dibujito de cartera, en el triangulito que te llenan de vasos en el santiago… y Nunca Jamás Ever sabemos dónde lo dejamos ni este de quién es?
Es chiquito, está sucio, es frío, es incómodo, no tiene privacidad, es gris, es un pedazo de avión…

Pero es nuestro Cometa Galley.

2 comentarios en “Cometa Galley

  1. Te cuento V.:
    Desde mi lugar fijo, el 27L, se escuchan parte de las anécdotas, las historias, (el ruido del avión hace que uno hable más fuerte) aunque nunca completas, jejeje; se escucha a las TCP's cantoras, alguna Xuteada, y si me doy vuelta, las veo maquillándose, cubriendo labios de 'rojito guanguor', retocando rodetes, haciendo equilibrio ante el cambio de zapatos: salen los negros bajos de servicio y entran los rojos altos de embarque y desembarque, hasta llegué a ver en un MDZ-AEP a dos TCP's amigos haciendo la coreo del "one, two, three, CARAMBA!" de las Azúcar Moreno… en fin, es un cometa/planeta chico pero 'grande'… y la semana pasada, en ese cometa, con una jefa amiga charlamos de la vida durante unos 45 minutos, y sí, es un cometa/planeta hermoso… y debe ser así: 'vuestro' cometa Galley, solo de Ustedes, de nadie más. Flor de lugar para flores de seres humanos!

    (P.D.- terminé mi recorrido de dos horas y media por la página, V., en minutos más aterrizaré en mi día de franco, así que gracias por dejarme volar en este hermoso vuelo F.B.O. con vos (coincide con el LV-BFO) y todas/os Ustedes. Tripulación, puertas en manual.)

    Hasta el próximo crosscheck! Besos MIL.

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