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La entrega de premios era mentira

Llegué vestida de fiesta, con mi sonrisa ensayada y la piel oliendo a justicia.
Estacioné la moto entre los autos lujosos y mostré mi invitación en la entrada.
Las hermosas recepcionistas se rieron de manera cómplice.
Caminé ante las miradas de las mujeres y los hombres con ponche en la mano y flor en el ojal.
Esperé ansiosamente que dijeran mi nombre, pero jamás lo escuché. Pasaron las horas, las horas, las horas…

Todo es una gran mentira.
Todos son mentira.
Todo es falso.
Nada es cierto, salvo este piso, esta moto, este viento.
Nada es real salvo lo que siento en este mismo momento.
No existe, no existe, no existe.

Nadie te da un premio por ser buena.

2 comentarios en “La entrega de premios era mentira

  1. En todo caso el problema es quien determina quien es buena/o y quien no El hecho de que nos dividan entre buenos y malos ¿según el concepto de quien? le quita toda legitimidad y es bastante retrogado, casi estupido diría…

  2. En todo caso el problema es quien determina quien es buena/o y quien no El hecho de que nos dividan entre buenos y malos ¿según el concepto de quien? le quita toda legitimidad y es bastante retrogado, casi estupido diría…

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