Alejarse, dejar todo atrás, volar.
Sabemos que la negación es una manera de enfrentar los conflictos desagradables.
Mi manera de enfrentarlos y transformarlos en algo agradable, es volar.
Lo lamento por todos ustedes, que vuelan por dinero o por que ES LO QUE HAY; yo vuelo por amor, y algunas veces, por evasión.
Las nubes tienen la inigualable capacidad de absorver los golpes como un colchón absorbe las caídas.
Me mudo a un ambiente irreal, anti natural, el lugar donde Icaro vio el sol por última vez… y despego mis alas imaginarias como Lilith, me transformo en ella y encuentro el equilibrio.
¿Cómo es posible que mi equilibrio esté en el cielo? Ah, eso no lo sé, no puedo contestarlo pero, así es.
Abajo quedan los problemas y los maltratos, abajo queda la realidad y el pasado, abajo queda todo lo imposible.
Volar es como soñar. Volando estamos desafiando lo que la naturaleza nos prohíbe, lo que nos dice que no deberíamos hacer. La prohibición hace desaparecer el deseo? O lo aumenta aún más? Que alguien me diga que no puedo volar nunca más, que no puedo pisar el pasto descalza, que no puedo besar… y mi vida estará acabada, pues solo querré hacer eso hasta el último de mis días.
Hoy necesito volar.
Lamentablemente estoy en mis 4L y voy a tener que esperar pero, necesito volar.
Hoy quisiera dejar el dolor de los códigos terrestres, olvidar los mandamientos, las horribles verdades… hoy es un día para desaparecer.
El invierno trae consigo una sensación “Rocamadour” que es inevitable.
Pido disculpas si este Blog se vuelve, día a día, más raro. Se llama for bitching only, por una sola razón. Todo lo que pasa es una gran putada. Lo bueno tarda en llegar y, eventualmente, se terminará. Yo le temo a los finales, no encuentro la manera de no llorar.
Asisto a la muerte de las etapas con mucha melancolía desde que tengo recuerdo.
Así es que prefiero evadir, ya que me es imposible olvidar.
Hoy no puedo volar.
Hoy no hay manera de que ningún sierra juliet me rescate… tendré que respirar este aire denso sin presurizar, tendré que enfrentar la realidad de que las nubes están arriba y no abajo.
Después de todo, los seres humanos, no fuimos creados para volar.
La cortada de la posta.



Sé que algunos podrán decir que soy copada, pero debo admitir que, si analizamos las estadísticas, en un alto porcentaje… yo soy la cortada de la posta. Yo fui la que popularizó la frase “hay que cortarse más”.
Honestamente, salvo excepciones: personas irresistibles por su encanto natural, tripulaciones espectaculares, amigos casi hermanos o personas muy persuasivas… yo prefiero quedarme. Esa es la respuesta que doy cuando me invitan a cenar a un lugar al que van todos, que queda quién sabe dónde y al cuál se llega solo en taxi.
“Yo prefiero quedarme” es mi respuesta cuando en Mendoza me dicen de ir a Penitentes. Te agradezcooooo, pero yo prefiero quedarme si van a alquilar un auto y conocer la frontera con que se yo qué mierda.
Si soy una muerta…? Mmm sé. Probablemente lo sea, pero prefiero quedarme que ir a escuchar regetón y bailar con niños de 18 años.
Estoy grande, sí, porque mi mayor ambición es lograr pasar el cuarto de libra con queso debajo del buzo sin que se de cuenta el púber que corta las entradas en el Patio Olmos (algunos pueden encontrarlo atractivo, no es mi caso) y pueda comer tranquila en la oscuridad de los avances de la peli.
Otro de mis pequeños placeres solitarios es el té de la tarde del Amerian.
No es un té sino una merienda vaca con submarino y algunas sorpresas más.
Me acuesto a mirar Warner y DEVORO.
Si suena el teléfono? mmmmm Teagradezcoperoprefieroquedarme, la ensayo tantas veces que ya ni vale la pena atender, que suene, que suene… con cada ring me alejo más de los que esperan en el lobby a que baje, y me acerco un pasito a la almohada, el control remoto y la coca de litro y medio.

Aquí podemos observar una hermosa tarde lluviosa de Amerian, con Two and a half men, que más puedo pedir?



