Me sirvo un café de un tamaño ridículamente chico por culpa de la taza. Acabo de llegar de un viaje de libertades y niñerías que me llenó de plenitud y gracia. Me metí en una de esas tiendas para turistas donde todo vale el triple que en cualquier lado y elegí dos pocillos de cerámica blanca con dibujos de ovejas, buses, arpas, botas de lluvia y sets de té. Se supone que son los dibujos que representan Irlanda. Tomo un café Cabrales torrado de góndola del día, mirando la lluvia que cae en el pasto florecido, sin cortar, a través de las puertas abiertas de par en par. En la chimenea, una gotera moja el cuento que dibujé, pinté e inventé para mi hijo la noche previa a mi vuelo. Él duerme. Mi compañero de vida está en la costa con sus amigos.
Jamás logro terminarme un café sin que las tripas me apuren, quizás esta vez lo logre ya que la taza tiene dos sorbos.
La sensación de paz que me rodea es llamativa. Miro a mi alrededor algo sorprendida, sé que el caos se esconde debajo de algún sapo que caza insectos y vive en mi galería; o quizás entre la ropa del lavadero, en alguna mochila, en los platos sucios, en las puertas cerradas de mi bar no nato de pueblo fantasma. Sé que estás por ahí, te escucho respirar. Anoche soñé con vos. La casa se me volvía en contra queriendo meterme miedo. Se lo contaba a alguien, creo que a mi mamá. Se lo contaba a varios. ¨Hay algo en la casa¨. Se volvía insoportable, pero aún así, seguía adelante. Con muchísimo miedo, pero adelante.
Ustedes eran chicos, pero yo lloraba desde que me levantaba hasta que me iba a dormir. Yo pensaba en formas de morir. Yo dormía con un pedazo filoso de un espejo roto debajo del colchón por si alguien entraba por la ventana a atacarme. Una vez fui a un tatuador y le pedí que me inmortalizara una frase de El conde de Montecristo. ¨God will give me justice¨, Dios me dará justicia. Por qué lo hice? No pisé una iglesia en mi vida, calculo lo saben. Necesitaba creer que había alguien más allá que veía mis desgracias y las iba teniendo en cuenta. Creía que ese alguien un día diría ¨ya fue suficiente¨y me empezaría a recompensar. Creí en eso fuertemente durante décadas, décadas. Alguien tiene que estar viendo toda esta mierda, o no? Mi salud mental pendía de un hilo, la locura y la libertad se parecen mucho. Pero cada vez que mi lado paterno creía ganar la pulseada, mi lado materno me tiraba un ancla de amor y justicia y volvía a flote.
No me dejé vencer. Estuve a 5 segundos de perderlo todo pero dejé de prestarle atención a las voces y DECIDÍ tener la vida que creía que merecía. Me encontré con unos ojos suavos y una mano firme que me trajo de vuelta del fondo del pantano, la sostuve firme y me prometí no echarlo a perder. Eso fue crecer, para mí. No mis canas, mis arrugas, mi número de dni. Crecer fue aceptar que no hay dioses ni fantasmas que te obliguen a saltar al vacío. Crecer fue poner la música más alta que las voces. Crecer es dejar de mandar drogas por correo y en cambio, comprar tacitas decorativas a precios desorbitantes. Crecer, fue abrazar fuerte mi pasado y llorar, agradecer, amarlo tan fuerte tan fuerte que se sienta avergonzado de perseguirme así. Mirarlo a los ojos sin bajar la mirada, entenderlo, sostener, aguantar. Una mañana me desperté sin voces y parecía haber acabado todo. Planée una vida linda, diseñé casa, hijo, marido, perros, gatos, viajes, trabajo, ropa beige que combinara.
Todo camina según lo planeado. Mi vida parece un reality que nadie cree real, los que me rodean parecen salidos de un casting de buenas personas. Algún villano aquí y allá, nada que los héroes de la saga no puedan sortear.
Miro una serie que se llama Virgin River, es terriblemente mala. La miro encantada y sin sobresaltos. Lo que me alucina de verla, además de sus paisajes de cuento, montañas, lagos, colores en los árboles, cabañas de ensueño, foodtrucks con pastelería perfecta y guirnaldas de luces en todos lados; es que sus personajes parecieran anestesiados. Nadie está realmente preocupado por lo que le pasa, incluso cuando está amenazado de muerte. Es como si la vida les valiera verga o estuviesen todos incapacitados de sentir ansiedad o depresión. A su alrededor hay secuestradores, narcos, asesinos, engaños, abortos espontáneos y accidentes seguidos de muerte. Pero en Virgin River salen a correr, toman cerveza en el bar de pueblo y café para llevar mientras pasean. Es la representación gráfica de fingir demencia y seguir. Todos son guapos y visten increíble. Las flores rebosan en los jardines. It´s all good.
Acaso Virgin River es un estado en la mente y ustedes y yo lo estuvimos haciendo fatal todo este tiempo? Nerviosismo, culpa, insomnio, tristeza, ansiedad y paranoia. Desde la mañana hasta la noche, paranoia. Era más fácil amigos, si te enojás con tu pareja, le pedís disculpas al mismo tiempo que tu pareja reconoce sus errores, se abrazan, hay sexo de reconciliación, se chapa con lengua aunque estén recién levantados, la cocina siempre está limpia, la chica viste la camisa del chico mientras va al baño sin cara de dormida y maquillada desde las 8 am. Afuera, el trabajo es perfecto, los amigos no objetan ninguna de nuestras decisiones y nos apoyan siempre, los hermanos son de fierro, no pelean, se acompañan y están siempre de acuerdo. Lo peor que pueden hacerse son cosquillas y un chiste de mal gusto recordando cuando tenían 12 años y granos.
No es real. No vivo en Virgin River. Este hijo que me abraza y me dice de la nada ¨mami, sos tan buena¨o ¨mami, sos tan linda¨, se transformará en alguien que me detesta y que no entiende que las decisiones tomadas son por su bien. Este compañero de ojos sinceros y presencia fuerte, algún día me romperá el corazón. Estos jefes salidos de un cuento con los que tomo vino mientras hablamos de libros, política, escritura mientras exponemos nuestras posturas ante las cosas de la vida, riendónos con cariño y confianza, dejarán también de quererme, de eligirme? Mis aviones… me abandonarán? Mis cabañas… se destruirán con las tormentas? Mis perritos viejos… morirán? Mis amigos amorosos, firmes, constantes y divertidos… se reirán de mí? Mis amigas hermanas, las que elegí cuidadosamente para curar mis heridas mortales… me traicionarán? De pronto, el capítulo perfecto de mi vida se ve amenazado por un villano omnipresente y poderoso: el miedo a perderlo todo. Cuando nada tenía, nada podía perder. Nada temía perder. Ay pero ahora…
Dejó de llover y tengo la galería llena de golondrinas. Llegaron en Septiembre y se irán en Marzo. Hacen sus casitas de barro en las uniones de la pared y los tirantes de madera, a 4 metros de altura. Tendrán dos camadas de crías, los veré nacer, crecer y empezar a volar. Tendré que encerrar a la gata mientras aprenden a aletear en la galería, para protegerlos. Los miraremos de adentro fallar y aprender. Luego dormirán todos juntos en una casa demasiado pequeña para los seis, y finalmente, los pequeños se irán. En el campo se respira un aire fresco y el sol empezó a salir. Seguramente vengan mosquitos a comernos en los próximos días y no podremos escapar.
La paz de mi corazón se siente amenazada constantemente. Aún cuando finjo demencia, aún cuando la foto de Instagram es perfecta. Cierro con los ojos y en un lugar oscuro y acuoso, detrás de un velo negro como el que se llevó a Sirius Black, me abrazo con los fantasmas, con las amenazas invisibles. Abro los ojos y la luz entra por la ventana. Vivir en los dos mundos supongo que me da lucidez. Me rio porque sé que ésto es para siempre, todo lo para siempre que pueda ser la vida. Unos años, unos meses, un instante. Lo que sea que me quede. Me rio porque me da la sensación de que ya gané. Me rio porque mi único enemigo no existe y ni siquiera es tan malo. Me sirvo el cuarto café en la taza chiquitita de ovejas y arpas. Debajo de un buzo de manga corta de Bob Esponja, mi tatuaje de God will give me justice, quema como la marca tenebrosa. Lo miro: mal hecho, con letra horrible, viejo y arratonado. Pero a la vez, brilla. Brilla más que nunca. Tengo 42 años y la fuerza que no tuve a los 25. Y si eso no significa que Dios me ha dado justicia, yo no sé que es.
Estoy viviendo una vida que vale la pena vivir. Y eso es mucho más de lo que esperaba cuando escondía un espejo filoso debajo de la cama.
Miro por la ventana, y allá a lo lejos, Virgin River.
Sean felices. Y no se preocupen, es solo su mente.