Imagen de WhatsApp 2024-07-05 a las 18.57.31_ff75432a

Fif

 

Te voy a escribir hoy, a 12 horas de tu partida, porque tengo miedo de que si dejo pasar más tiempo se me olvide la suavidad de tu piel de conejo blanca y hermosa, y el olor que tenías a gato perfecto y celestial. Te voy a escribir ahora mismo porque esta mañana me desperté a las 7 y hacia frío y te busqué por todas las mesadas y no te encontré durmiendo en ningún lugar inapropiado, ni arriba de un morrón ni una manopla ni adentro de una panera. Te quiero escribir hoy, porque anoche en un descuido te arrancaron de mi vida después de 16 años ininterrumpidos de besarte y dormir con vos, solo cuando vos tenías ganas, con ese ronroneo potente y sanador que podría despertar a cualquiera.
Te escribo hoy Fifita, porque hoy deberías estar acá y por mi culpa no lo estás. Por mi estúpida culpa y mi afán de cuidarlos a todos, te descuidé a vos, que te pasaste 6 meses arriba de mi panza, ronroneándole a mi útero para que todo saliera bien. Vos que diste un 180 cuando se fue Sharam y te transformaste en ama y señora de las siestas al sol y de los lugares ridículos, de los gritos desmesurados a las 7 de mañana y los cabeceos a celular, libro y cara.

Hace 12 horas te metí en una cajita con una fundita de almohada de flores y con las manos te tapamos de tierra pidiendo perdón. No puedo decir que fue una enfermedad, ni tu avanzada edad ni que te apagaras de pronto. No puedo decir nada más que perdoname, porque hoy tendrías que estar acá gritando por tu leche y no te escucho, no te escucho, no sé dónde estás. Y te veo en la mesada, te veo en la mesa y en el almohadón de la silla, y en el silencio estrepitoso de la mañana del 4 de Julio, me imagino un grito tuyo cortándolo todo para hacerme reir. No me consuela saber que eras viejita, que tus pulmones estaban más o menos, que estabas tan flaquita y que quizás no te quedaba tanto. Yo te veía con muchas ganas de disfrutar el fuego del hogar, los mimos en el sillón y los pedazos de pan robados de la mesa. Yo estoy segura de que te quedaban muchos años más de enloquecer por una aceituna. Sin embargo, me equivoqué. Y no estás. Te pido disculpas Fifita, y espero que puedas perdonarme por este accidente que nos separó.  Sé que sabés que te extraño y te extrañaré, y que no habrá ni un día en que no piense en vos y en Sharam, de vuelta a upa mío, durmiendo juntos como hicimos durante tantos años.

Ojalá lo encuentres. Ojalá se encuentren. Ojalá me encuentren a mí. Los voy a buscar, y si los veo otra vez, de rodillas les pediré disculpas por los años robados y les agradeceré toda mi existencia sus servicios tan perfecto de ronroneo y sanación. Nada hubiera sido igual sin su sacrificio. Sé que trabajaron duro por mi felino y esa elección suya, siempre será altamente valorada. mis gatitos mágicos.

Aquí nos quedamos, aquí me quedo, buscando pelos blancos en la manta y en los sweaters. Aquí se queda Pini sin compañera de lamidas, León diciendo a cada momento que no quería que te pasara lo que te pasó.

Y aquí me quedo yo, ahogada en un mar de culpas, sabiendo que pude haber hecho las cosas muy distintas pero que mi error se llevó a mi gatita suava, a mi coneja hermosa, a mi fifón diabólico, a mi fifita de las praderas y que mi castigo será no volver a acariciar el pelo más hermoso que toqué en mi vida y que me llevaré esta tristeza en el alma para siempre, hasta que te vuelva a encontrar.

Te amo Fifita, por favor perdoname, perdoname fififa, perdoname mi amor.

Tuvimos una hermosa vida juntas, no lo olvides, yo no lo olvidaré jamás.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.