Esa Adela, esa Adela y esa Adela

Me sale decir que no tengo palabras, pero las palabras se me atragantan y se agolpan en mi garganta que calla y soporta, que traga la amargura de llorar en silencio y a escondidas cuando quisiera gritarle a la noche hasta perder la voz, rascando con las uñas la tierra húmeda y maldita que acabo de poner encima de tu cuerpo, bendito, suave y marmolado precio de galga tapa renga vieja y perfecta de mi corazón.

Tengo palabras, tengo todas las palabras. Todas mis palabras de amor y agradecimiento son tuyas, tienen el olor de tu aliento y de tu piel, inconfundible.

No quiero olvidarte.  No soporto la idea de olvidar tus particularidades, la primera foto cuando decidí enamorarme de vos, tapada de barro y sarna, sufriendo en Baradero. Tu demodexia olorosa, sangrienta, violeta y sufrida. Tu miedo a los perros, como cruzabas de vereda cuando los veías; hasta que llegó el salvador que te daría fuerzas y carácter, el que herido y agusanado, te regaló eso que te faltaba. Juntos, mordisqueándose en el aire y jugando como pavotes, dieron inicio a la manada más perfecta que pude soñar. 5 seres que me dieron 10 años increíbles, haciendo que mi vida fuera de otro planeta.

Te mudaste conmigo 2 veces, fuimos creciendo en sol y libertad. Te vi pasear sola en 4 patas, te vi saltar alambrados en 3. Te vi refregarte en el pasto, panza arriba, haciéndole sonidos de placer al cielo. Te vi correr liebres, mulitas, desquiciada. Te vi dormir bajo las estrellas en el lugar que elegimos para vivir y el que elegiste para partir.

Por favor, ayudame a jamás olvidar tu olor. Tus rascadas de colchón, pidiendo colcha hasta arriba. Tus ladridos agudos buscando que te devuelvan tu spot. Tus ojos desorbitados, tu lengua de costado, tu tapa finita y ridícula.

No quiero olvidar jamás nuestros paseos en plazas, calles, parques, bosques, campos. Nuestro camping al sur. Tus abrazos en la cama, tu miedo a las tormentas, tu búsqueda de amor.

Quizás muchas veces pude darte más. Siento bronca y culpa porque eso es lo que yo hago en esta vida: culparme. Quizás metí más perros de los que podía cuidar, quizás dediqué tiempo en animales ajenos que parecían urgencias cuando ahora me urge abrazarte y nada más. Quizás lo hice bien, quizás lo hice mal. Solo vos lo sabés, así que solo te pido que si fuiste lo feliz que creo que fuimos, me esperes y me busques.

Necesito que me digas que existe ese lugar, en el que nuestra manada se vuelve a encontrar, en el que no tenemos cuerpo ni tiempo, en el que escucho tus uñas acercarse y te reconozco, por ese hermoso, suave y único olor.

Te voy a buscar entre todas las almas del universo, Adela de mi corazón. Te amo hoy y para siempre, gracias por sanarme y dejarme creer que se podía amar de nuevo. Gracias por tu compañía serena y amorosa.
Te amo renguita de mi corazón.♥️

7 comentarios en “Esa Adela, esa Adela y esa Adela

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.