(Pinche)
Hola.
¿Sabías vos que la última vez que estuviste en mi casa, me acosté a oler tu lado de la almohada cuando te fuiste?
Sí. Y también me pongo tus remeras cuando te olvidás alguna en mi quilombo.
Hay algo en el olor de las pieles que me tranquiliza. Un efecto vientre materno, un efecto clonazepam. Cierro los ojos ante tu olor, que es mejor cuando no estás que cuando estás, porque sin tu presencia, siento menos necesidad de fingir que me da vuelta por completo, que me estupidiza, me pone bizca e imbécil. Cuando no estás, viene todo el dramatismo de tu partida, de extrañarte, de añorar tu vuelta, de imaginar que no vas a volver jamás y que eso es lo único que queda de vos.
Sí, estas cosas hacemos las minitas. No sé si nos las enseñaron o vienen en el pack con los tampones y los papeles de carta de colores. También nos sacamos esas fotos en las que ponemos smileys y frases siomes, y las compartimos para que todos las vean, en especial otras minitas menos ingeniosas que nosotras, o más envidiosas, esas que no se animan a ser pelotudas porque están demasiado ocupadas en parecer geniales.
¿Sabés que una vez salí con un chico que me retaba cuando se me caía el pelo en su casa?
Se despertaba a la mañana antes que yo y gritaba desde el baño cuando encontraba pelos en el piso.
Yo me hacía bolita en la cama hasta que dejaba de gritarme, y trataba de volverme a dormir. Siempre mi respuesta ante los gritos y los maltratos, fue tratar de dormir. Sigue siendo así.
La tristeza se combate con comida. La agresión, durmiendo.
Un tiempo después, había aprendido a pasar un bollito de papel higiénico por el piso antes de dormir, juntaba todos los pelos y así a la mañana, menos gritos.
Pasados los años, en otra casa, juntaba los pelos con un algodoncito y el chico del momento preguntó “Qué hacés?” dije nada. Tiré el algodón al inodoro y a dormir. A los pocos días recibí un mensaje que decía” Me desperté esta mañana y en mi almohada había un pelo tuyo, te extraño mucho”.
Mi cerebro no es capaz de comprender. Pobre, no puede.
A la noche le conté la historia de los pelos en el piso y el chico dijo “Debería agradecer que tus pelos anden por todos lados, cada vez que encuentre un pelo tuyo lo voy a adorar, como una parte sagrada que quedó para recordarme cuánto te quiero”. Tomá Arjona. No existís.
La gente se torna susceptible en lo que tiene que ver con su propio hogar y la invasión del otro.
El vasito sin lavar, la frenada en el inodoro, el control remoto fuera de lugar. Las chicas vamos dejando pequeñas cosas para estar más cómodas. Algunas tendrán intenciones ocultas, nunca fue mi caso. Si dejo una bombacha en tu casa no es que quiera mudarme pasado mañana, es por si me cago algún día. Mentira, no es por si me cago, pero necesitaba decirlo. En realidad las chicas no nos cagamos, pero muy probablemente la manchemos de un flujito inmundo de todos los días, que no tenemos ganas de compartir con vos cuando nos bajes la bombacha, son cosas nuestras, por eso dejamos un bolsito con 3 pavadas. No estamos tratando de embocarte un pibe ni de conocer a tus viejos, tan solo es un bolsito, relax.
Una amiga encontró una tanga en el cajón del chico con el que empezó a salir. Lo peor fue que el chico le dijo que era de ella, como convenciéndola. Una sabe como son sus propias tangas, lo juro. Si son viejas, porque te las pusiste 3 mil veces y si son nuevas, porque son de batalla. Conocemos todas y cada una de nuestras tangas, no me quieras meter que esa tanga es mía, hijo de puta. Consejo para los hombres: si encuentran una tanga, tírenla. No se metan en quilombos. Si la chica la reclama, digan que llevaron la ropa a lavar a lo de la mamá y que desapareció entre las sábanas. Tanga ajena es quilombo seguro, aunque se hayan visto 4 veces.
Y a las chicas, cuando hagan la cama, saquen las tangas que quedan en el fondo entre las sábanas, es muy feo estirando la cama que aparezcan 3 distintas, queda feo.
Hoy tengo 35 años. No me olvido tangas en ningún lado, no encuentro calzones, ya no barro mis pelos con un algodoncito, ni dejo bolsitos con cosas en la casa de nadie.
Hoy huelo el costado de tu almohada, porque no estás, porque sin tu presencia, quedó el dramatismo de tu partida, de extrañarte, de añorar tu vuelta, de imaginar que no vas a volver jamás y que eso es lo único que me quedó de vos.
Entonces me levanto a comer salvajemente, tapo todas tus ausencias con comida, y después me hago bolita, todos los días, todas las noches, y trato de dormir.
Para combatir toda esta tristeza, toda esta ausencia, toda esta agresión.
Sos lo mas V.
Bueno, acá me tenés a mi, un +40. No sé si uno más o uno de tantos. La verdad I don't care.
Lo que sé es que tuve uno que cambiaba las fundas de sus almohadas por mis remeras.
Y ahora yo, que lo extraño horrores, me hago bolita en el sillón para dormir horas con la cabeza metida en el buzo que él se ponía sistemáticamente cuando llegaba a casa "porque tenía olor a mí", pero que ahora tiene olor a él.
¯_(ツ)_/¯
Te descubrí hace media docena de posteos. Me encanta que seas protecciónista y admiro lo bien que te expresás. Espero cruzarte alguna vez que me tome un 320. Todavía no volé en el nuevo, espero sea en "ese".
Btw, que suerte tienen "ese" y otros olorientos…
Sigo leyéndote.
Es lindo saber que no soy la única a quien le gritaron por dejar pelos esparcidos por todo el departamento.
Te sigo leyendo como todos los días.- Andre
Me estaba poniendo al día con tu último post del vuelo a Dubai y tuve que leer varios post que no habia visto sobre el inicio de tus vacaciones hasta llegar a éste, y me tuve que detener porque me resonó mucho: 1ro por el tema de los pelos (también he dejado pelos en cama ajena aunque él no me retó, por suerte) y 2do por el tema de la añoranza de alguien especial… también me pasa, a tal punto que tuve que ponerme un recordatorio en el calendario del celu para que aparezca todas las mañanas de cada día (dice: "STOP living in the past!! He's not coming back. EVER!!") como para tratar de asumir que no hay retorno… ufff que dificil es hasta escribirlo!
Volviendo a tus holidays, hasta yo con mi escasa experiencia en viajes y vuelos puedo imaginarme que viajar con Emirates es una experiencia de otro mundo. Me encantó el detalle de las presentaciones con los crew de turno, es algo que no sabía!! Suena un poco como a formar parte de una agencia especial de superagentes de vuelo del que todos quisieramos formar parte! El detalle de la cortesía profesional entre los tripulantes es muy lindo (y ojalá se extendiera a todas las profesiones), supongo que eso los hace sentirse en su propio hogar aún estando lejos de casa. En fin, no se si te llegará notificación de este comment, espero que si así aprovecho para desearte unas geniales vacaciones! Besote. Gaby.