Me asusté.

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(Pinche)

Me asusté porque venía pensando en otra cosa y no vi en qué momento la moto quiso pasarnos y la chocamos.
Me asusté porque la chica en el piso estaba lastimada.
Me asusté porque cuando la di vuelta y la acosté, me miró con los ojos vidriosos y tristes, y las dos nos dijimos con la mirada “tengo miedo”.
Me asusté porque nunca había tenido tanta sangre a mi alrededor.

Se llama Adriana, y está bien.
Pero en ese momento yo no lo sabía, sólo veía que no tenía puesto el casco, y que se le iban los ojos, y que hacía mucha fuerza por sonreír ante mis estúpidos chistes y mis esfuerzos por mantenerla activa.
En ese momento lo único que tenía eran los gritos de ambos choferes y a mi compañera Mechi pidiendo una ambulancia con toda su urgencia y su seriedad, cortando la calle y desviando el tránsito en una de las esquinas más marginales de Monserrat.
En ese momento el novio de Adriana, que se llamaba Adrián, la miraba a los ojos con miedo y le proponía casamiento. En ese momento Adriana me agarraba fuerte de la mano y sus ojitos me miraban, mientras me preguntaba si iba a estar bien.
Y yo me asusté.
Porque la quise mucho a Adriana, y no quería que tuviera nada, quería verla casada y hermosa, y no ahi tirada, temblando, con todo ese escenario horrible a su alrededor.
Me asusté porque no podía parecer asustada, porque en ese momento, nosotras eramos lo único que ellos tenían, y nosotras no nos podíamos asustar.
Arrodilladas en la calle dijimos todas las pavadas que se nos ocurrieron, hicimos de cuenta que no pasaba nada, que sabíamos lo que estábamos haciendo y que todo era normal.
Me escuché a mi misma decir “estas cosas pasan”, una frase que no uso jamás.
Pero me asusté.
Me asusté porque mis zapatos estaban parados arriba de un pequeño charco.
Me asusté porque el chofer gritaba y porque el novio de Adriana no se tranquilizaba.
Me asusté, y mucho, porque nadie te enseña las cosas que la vida te pone adelante.
Nadie te dice “te va a pasar esto, preparate”, simplemente pasa y vos, improvisas.

Después del hospital, de que llegara un familiar de Adriana y nos dijeran que las placas estaban bien, nos pedimos un auto para volver, Mechi y yo. En la esquina de casa, el auto pasó por encima de los pequeños charcos mientras algo se estremecía adentro mío.
Subí la escalera, entera, sin un rasguño, sin un golpe, pero sabiendo que se acababa de quebrar mi espíritu.
Me saqué la ropa, me encontré con una gotita de sangre en mis medias,  y me largué a llorar.
Me asusté cuando pensé en Adriana sola, acostada en esa sala sucia y fría, con su pelo goteando sangre, con su novio en la comisaría y su miedo a quedarse sola, a que algo no estuviera bien.
Me asusté cuando me acordé de sus ojitos, de sus piernas temblando, de las preguntas que me hacía.
Pero más me asusté cuando me metí en la cama, y me di cuenta de lo sola que estaba.
Y me dormí triste y asustada, teniéndole bastante miedo al mundo, a los imprevistos y a las decisiones tomadas.
Y me desperté triste y asustada, porque Adrián le propuso casamiento a Adriana a las 4 de la mañana, y yo no tuve quién me abrazara.

4 comentarios en “Me asusté.

  1. Un accidente es una circunstancia, así como también lo es la soledad en una persona tan mágica y maravillosa como vos.
    No se puede llegar a ninguna meta sin haber recorrido antes un camino, sin haber aprendido. Quizás, sentirte sola, tener miedo, descubrir que te falta la tranquilidad de quien te extienda la red que te salve de la caída, sean parte de las sucesivas derrotas que te acerquen a la mutación final (como escribió nuestro querido Julio). Esa mutación que te ayude a descubrirte, a ver la realidad con el cristal necesario para encontrar no a alguien que acompañe, sino a quien te complemente.
    Yo sé que no es lo que necesitás, yo sé que no alcanza ni sirve, pero quiero que sepas que te abrazo fuerte fuerte a través de esta existencia invisible, mientras te digo que esto es temporal. No le tengas miedo al camino, caminalo.
    (Perdón si mando el comentario dos veces, me quedó abierto en la aplicación y no sé al final si lo envió… Este teléfono anda como yo.)

  2. Cosas que pasan y uno nunca está preparado.
    Algunos podemos mantener la calma y ayudar en esas situaciones, pero despues que pasa el momento, vuelven los temblores, temores y la cabeza no para….

  3. Un accidente es una circunstancia, así como también lo es la soledad en una persona tan mágica y maravillosa como vos.
    No se puede llegar a ninguna meta sin haber recorrido antes un camino, sin haber aprendido. Quizás, sentirte sola, tener miedo, descubrir que te falta la tranquilidad de quien te extienda la red que te salve de la caída, sean parte de las sucesivas derrotas que te acerquen a la mutación final (como escribió nuestro querido Julio). Esa mutación que te ayude a descubrirte, a ver la realidad con el cristal necesario para encontrar no a alguien que te acompañe, sino a quien te complemente.
    Yo sé que no es lo que necesitás, yo sé que no alcanza ni sirve, pero quiero que sepas que te abrazo fuerte fuerte a través de esta existencia invisible, mientras te digo que esto es temporal. No le tengas miedo al camino, caminalo.

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