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Jamás dije Amén

(Pinche)
Rásguense las vestiduras ante las herejías que estoy a punto de recitar, porque insultar a desconocidos por la calle y a los gritos, ya no me alcanza.
Mi enojo es tal, mi cansancio, mi agotamiento mental…  que estoy a punto de transformarme en eso que temimos durante tantos años, en aquello que no queríamos ni pensar.
En tiempo récord volví a tocar la piel fría de alguien que amaba con todo mi corazón. Sin tregua ni un golpecito en la puerta, sin preámbulos ni visitas. Simplemente así.
Ahora está, ahora no está.
Entonces, por qué seguir pidiendo permiso para vivir? Por qué seguir viviendo bajo las estúpidas reglas que creamos nada más que para romper a escondidas, mientras nos damos latigazos en la espalda por las noches, en soledad.
Respiro tan profundo que casi podría sentir tu olor.
Cierro los ojos. Dolés.
Caminando por el bosque pisé la trampa que habían puesto para cazar a alguien como yo. Alguien que pisara suavecito, alguien curioso y en la búsqueda de algo bello, de una canción.
Pisé, quedé colgando cabeza abajo, mis cuernos raspando el piso, la sangre luchando por fluir.
No me podrán destruir, mi sangre acostumbra  luchar contra la gravedad para llegar adonde tiene que llegar. Y te aseguro que siempre llega. Aunque intentes lo contrario, aunque quieras impedirlo, aunque parezca que estás ganando…
Cabeza abajo veo pasar un cajón.
Qué está pasando?
Quién murió ahora? Qué están haciendo ésta vez?
Risas invisibles se escuchan acá y allá. Intento zafarme y los dientes de la trampera se incrustan en mi carne, mi pierna se baña en sangre. Me quedo quieta, no es momento de luchar.
Te veo pasar cubierta de flores y de estrellas. No hay sonidos, no hay cantos, no está la música de tu voz.
Un hombre vestido de blanco habla de la vida eterna. Me sonrío mirando mi pierna y sigo escuchándolo bendecir.
A este señor lo habilitaron los libros para hablar de la vida eterna, seguro tendrá mucho que decir.
Dirán que soy horrorosa, dirán que me burlo de lo más sagrado, dirán que merezco la muerte; está bien, pueden quedarse y verme morir.
Aquí les regalo a la cierva, aquí les dejo mi cabeza de galgo, aquí les presento mi envase infértil y vil.
En la familia warg de la que provengo, no asistimos a nuestra propia muerte, nosotros volamos, viajamos, estamos más allá. Les dejo mi cuerpo colgando, mi sangre goteando, aquí ya no me necesitan más.
En la capilla, el hombre me dice que no llore, que no esté triste, que la deje ir.
Que ella está en el lugar que se ganó, en el lugar por el que peleó, el lugar que el señor reservó para ella.

Mi abuela está en un vip.

La bañan con un cosito de agua bendita. Agua en un recipiente que fue observado por un hombre que cerró los ojos y dijo unas palabras. Ese hombre es un enviado del señor.
Mi abuela entrará perfumada al vip.
Eso es lo único que me hace sonreír.
Maquillada, coqueta, perfumada, vistiendo remeras de Dior y con muchos anillos, pedirá un trago y se sentará a ver el show. Eso es lo que va a hacer.
El hombre nos hace poner de pie, nos sienta, nos para, nos sienta, nos para, pretende que yo recite poemas que desconozco, poemas que yo no escribí.
Jamás dije amén.
Ni una sola vez en mi vida.
Mi espíritu flota en una capilla rodeada de muertos, y allá afuera en el bosque yace mi cuerpo.
Los invisibles esperan protocolarmente en la salida.
Me esperan para verme morir.
Mandales un mensajito, avisales que no voy a ir.
Entro a casa y cuelgo las tres letras en la pared, me las regaló mi abuela en el instante en el que me hizo entrar ahí.
Siempre recordaré la mañana en la que dejamos tu cuerpo en un parque al costado de una autopista, bañado de estrellas y de flores, con el sol brillando en el cielo, mientras los yankis hacían sus estúpidas barbacoas y tu nombre ardía en mi piel.
Me encierro en casa a vomitar mi vida, la sobredosis de despedidas, mirando mis callos de portazos y partidas, esperando que suene el teléfono y seas vos.
Todos somos huérfanos de alguien, todos huimos del dolor.
Me subo a la mesa tambaleante y con el martillo en la mano, clavo estos tres clavos en la pared.
A punto de caer y con torpeza, cuelgo las tres letras del FBO.

Y entonces a la cierva se le suelta la pierna,
se retiran los invisibles,
mi abuela ríe en las nubes
y vos me invitás a tomar un té.

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Un mundo sin abuelas

(Pinche)

En un mundo sin abuelas nadie te pregunta diez veces si querés postre.
En un mundo sin abuelas jamás estás desabrigado, o demasiado flaco, o un poco gordo, o simplemente hermoso.
En un mundo sin abuelas no se escucha a Magdalena por la mañana, con la radio debajo de la almohada y la casa oliendo a café de filtro.
En un mundo sin abuelas, nadie te dice “Casate con ese chico”; nadie sabe la receta original y la comida tiene toda el mismo gusto.
En un mundo sin abuelas no hay refugio para los adolescentes, no hay besos para el bebé ni cuentos para los niños. No hay regalos exagerados, ni dulces que piquen los dientes, no hay consuelos que no merezcas, ni costados subjetivos.
En un mundo sin abuelas se nos acaban las canciones, las milanesas son feas, desaparecen los abrazos, se entibian las emociones, se enfrían todas las sopas, nadie nos calienta la ropa, nadie nos saca los piojos, nadie nos toma las manos.

Pero hemos tenido abuelas, hemos tenido abrazos, hemos tenido defensoras maniáticas de nuestros fracasos. Hemos tenido abogadas para nuestros crímenes, chefs para nuestros antojos, y una fábrica personal de caprichos y de mimos.
Hemos tenido viejitas hermosas, ojitos brillantes, rulos con canas, risas vibrantes, historias alegres, pañuelos con perfume y pijamas dobladitos arriba de la cama.
Entonces el mundo es un lugar más bello, por haberlas conocido. Por dar un amor tan de ellas, por dar un amor TAN único.
Porque hemos tenido abuelas, tenemos una responsabilidad, y es enseñarles este amor a las generaciones que vendrán.
Aprendamos a amar y a cocinar muy rico, aprendamos a defender lo nuestro aún cuando no es para nada justo, malcriemos, permitamos, formemos a los niños más tontos, caprichosos y felices que se puedan encontrar.
Seamos abuelas de todos nuestros niños. Seamos aguerridas y dulces, seamos tercas y sinceras.
No permitamos que nuestros niños, crezcan en un mundo sin abuelas.

 

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Angelines

(pinche)

Cuando nací ya estabas ahí.
Sos de las primeras cosas que recuerdo en este mundo.
Tu sonrisa, el sonido de tu risa, tus rulos, tu preciosa nariz.
A mi modo de ver, sos lo mejor de tu generación. La más divertida, la más extrovertida, la que aprendió a jugar.
Jugaste conmigo como nadie, inventaste los mejores cuentos, repetiste las historias noche tras noche, año tras año, con cada uno de nosotros.
Desde que llegué a este mundo estás en él.
Y ahora que crecí, y tengo la edad que tienen los grandes, veo que a tu lado soy pequeña, soy chiquita y me niego a no tener un cuento más.
Lo mejor de venir de Chascomús, siempre fuiste vos. La música de tu risa, la música de tu voz. Cantaste todos los días, la casa vibraba y se llenaba de luz. Vos, gallega, eras el sol.
Con tus brazos enormes me recibías brillando, haciéndome jugar a los videojuegos de Congreso sin fichita, diciéndome que game over quería decir que me tocaba jugar a mí.
Todos los recuerdos que tengo de nuestra historia juntas son los mejores de mi vida. No puedo encontrar un solo momento malo, ni triste, ni con maldad.
Me hiciste feliz como sólo saben hacer esas personas que te aman hasta el último milímetro de su corazón. Así amas vos. Amas con fuerza, amas con alegría, amas como te ama una canción. Sos fuerte y bella, gallega. Sos suave, sos hermosa, sos lo mejor que hemos tenido jamás.
Ahora me pregunto si alguna vez te lo dije… lo hermosa que sos. Y entonces juego este juego horrible de querer volver el tiempo atrás. Ese juego al que no hay que querer jugar.
Si la pifiaste? Dios sabe que sí. No fuiste justa muchas veces, gallega cabrona, te enojas muy fuerte y como buena ariana, con mucha pasión. Te enojas y te ponés en el filito, te enojás y empezas a tratar de usted. Si lo habrá sabido el Uruguayo sabio, si lo habremos sabido todos los demás.
Gallega, sos un Huracán.

Me estaba yendo a ver Xmen al cine. Me estaba yendo sola al cine como me gusta hacer cuando necesito un poco de mí misma, un poco de sacudir el polvo de los hombros, la telaraña de los ojos, la arena del corazón. Me iba enojada al cine a ver cómo pensaban resolver el asunto de que el profesor X no apareciera en la silla de ruedas; había pasado a la tarde a verte y te recordé que mañana venía y te ponía la tele para el partido, porque vos gallega lo amas a Messi, porque amas al Barça, porque cantás a  la mañana el himno del Barça por la ventana y se te eriza la piel. Me contaste eso y yo que soy de Boca pero no doy dos mangos por el fútbol, me hice instantáneamente del Barcelona, la piel se me puso roja y azul, y solo quería escucharte cantar por las mañanas y sentir el fútbol como lo sentís vos, gallega hermosa, hermosa mía. Abole de mi corazón,
La película tuvo que esperar.
Me encontré con tus ojitos cansados y tus rulos despeinados y no pude más que amarte, amarte tan fuerte y tan adentro, amarte como nos enseñaste vos.
Deseo que tu lado izquierdo no gane, deseo que pases la noche bien, deseo que mañana gritemos miles de goles, deseo ponerle los cuernos a los suecos a tu lado, que te emociones, que me cantes un poco, que sonrías, que me cuentes algo, deseo cambiar mis años por los tuyos, porque vos gallega, sos lo mejor que hemos tenido.
Escribo todo lo que debería decirte, escribo lo que quizás hace tiempo no te digo, porque los abuelos están hechos para estar ahí, para hacernos los mejores regalos, y dejarnos hacer eso que los padres no quieren, y darnos los abrazos más fuertes y consolarnos cuando nos portamos mal. Pero vos en una cama y yo ahí parada? Diciéndote cosas que te hagan pensar que estás mal? Que tengo miedo de perderte? Que quiero agarrarte fuerte y no volverte a soltar? Prefiero volver el tiempo atrás. Prefiero que el profesor X me lleve a cuando me ayudabas a escaparme al Dorado y le mentíamos a mi mamá. Prefiero que vayamos por décima vez a ver a Peña al teatro a la primera fila, prefiero volver a ver como te miró, los chistes que te hizo y como estallaste de risa. Prefiero que me hagas un té con leche con sopitas, prefiero tu fugazzeta, prefiero tus rulos locos, tus cientos de anillos, prefiero escucharte cantando a Perales, prefiero tus diez mil quejas, tu casa ordenadita, tu piel suavecita, Adela en tu cama haciéndote reir, tu amor por los pequeños, prefiero pensar que esto es un sueño. Prefiero volver el tiempo atrás.

Gallega, sabés que tengo tu nombre en mi piel.
Pero más que en la piel te llevo en mi alma, en mis canciones, en mi alegría, en mis cuentos y en mi ficción.
Sos una gran poeta de la vida, sos la inspiración de todos nuestros aciertos y nuestras pifiadas, sos la más graciosa, la más ridícula, la dueña de todas las pavadas. Ay gallega, sos tan vulgar. Siempre hablando de pijas y conchas, hablando de pedos, de cosas inmundas, desubicadas. Sos tan tremenda. Me he llegado a sonrojar. Gallega sin límite.Gallega infinita.
Cuando era chica te preguntaba qué me ibas a dejar. Jugando con tus cajitas de pulseras y collares te los pedía y te indagaba para saber cuáles me podía quedar.
Vos me decías que no te ibas a ir nunca. Que no podías irte, porque cuando te fueras tu cara sadría en las margaritas, y estaría todo lleno de Aboles, para siempre.
Jamás lo olvidé, las margaritas. Vos, tu cara, en las margaritas. Totalmente lisérgica sos, limada, hermosa, la mejor.
Ahora no quiero tus joyas, no quiero las cajitas, no quiero nada de tu mesita de luz. Me has dado lo más lindo de esta vida, me enseñaste a reir y me enseñaste a hacer reir.
Me dejaste el gran legado de la vulgaridad.

No temo por vos, no temo por mí, no temo por los que te hemos querido.
Solo te quiero, egoístamente, un poco más. Unos años, unas décadas, unos siglos. Pegada conmigo, riendo y cantando acá conmigo.
Gallega, sos bella, sos fuerte, doy gracias de haberte conocido.
El Clan entero te aplaude, gallega linda, vos sos lo mejor que hemos tenido.

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El libro vulgar

(Pinche)

“Y así, a las 12.23 am del 26 de Junio del 2014, se termina el libro del FBO”

Así dice el facebook, el twitter, así dice mi corazón.
Abajo un mensaje de agradecimiento eterno a quienes me acompañaron, a quienes hicieron que creyera en este blog. Y de pronto, nada. Silencio.
Entonces me largo a llorar.

Hace más de 5 años empecé escribiendo historias de primeros vuelos de compañeros nuevos como yo. Ninguno tenía idea de lo que era volar, ninguno sabía lo que nos esperaba, por qué nos estábamos metiendo en tan tremendo lugar. No existía tal cosa como la “religión del avión”.
Mes tras mes, empezaron a leerlo más compañeros, se extendió de mi curso de ingreso a los demás cursos, y en cada vuelo, alguno siempre decía “Ah! Ayer leí tu blog!”, al año siguiente me reconocieron personas que no conocían mi nombre, al año siguiente llegó a 767, al siguiente pisó el cockpit y luego explotó.
De pronto lo leían jefes y ejecutivos, de pronto lo leían en oficinas, de pronto salía en los diarios, de golpe yo era una “Presunta assafata” de pronto llegó el twitter, de pronto había algo llamado FBO.
No entiendo mucho, no entiendo nada.
Cómo puede ser que yo haya escrito un libro? Parece una cargada.
O un sueño.
O un regalo.
O no sé.
Acabo de terminar el libro del FBO.
Es real. Escribí la última página y lo sentí, estaba ahí, adelante mío y me dijo “Hola, soy la última, ya está, se terminó”. Y entonces me quedé dura. Esperando a que pasara algo, un fuego artificial, o la pérdida de la cordura, o convertirme en tuitstar. Pero no pasó nada. Todo quedó ahí. Silencio, la canción en repeat one, Sharam en mi falda, Adela dormida, Fif estornudando y un fernet con coca sin gas que no me pienso tomar.
Terminé un libro y hay gente esperando para leerlo. Alguien que me pellizque. Estoy tildada, hagan algo, por favor.
Estar loca sirvió de algo, sirvió dejar volar la imaginación. Sirvió ponerle voz al Sierra Juliet, sirvió inventar pavadas, sirvió abrir el corazón. Ahora ustedes están acá, mirándome a los ojos, diciéndome que me conocen por medio de lo que escribo, que saben quién soy, que me quieren mucho, que me agradecen las palabras y yo lloro, soy tonta y lloro, no sé qué hacer y lloro.

Se terminó el libro del FBO, podría haberlo seguido para siempre, haberle puesto siempre una cosita más, pero ya está. Él decidió terminar. Ahora a tratarlo con cariño, corregirlo, editarlo, imprimirlo, repartirlo.
Sepan que haré lo imposible porque llegue a todos lados donde ustedes lo quieran leer.
Este libro es lo más importante que hice en mi vida, o lo único que hice en realidad.
Gracias, pequeños avioncitos por acompañarme en este trayecto, gracias por la paciencia, el apoyo, gracias por el amor.

Nuestro libro no será un best seller, nuestro libro no se venderá en grandes librerías, jamás firmaré autógrafos, no aparecerá mi cara en la contratapa, no habrá una biografía con mis datos y mi antología inexistente, no habrá secuelas, precuelas, no habrá fama ni dinero para fundaciones, no me vestiré de Dolce&Gabbana, no iré a bailar con Lindsey Lohan, no tomaré falopa con el jet set.
Nuestro libro será gordito, tendrá una tapa negra con letras blancas y un avión. Nuestro libro será entregado en mano por amigos y familiares, y con suerte lo aceptarán en aeroparque, para que algún viajero se vea intrigado y se sumerja en la religión del avión. Nuestro libro será siempre nuestro, será pequeño, será humilde, será algo oculto, pedirá contraseña y ustedes siempre dirán “FBO”.
Gracias por entender por qué debía ocultarme, gracias por permitir que trascendieran mis letras y no mi nombre, gracias por jugar el juego de no decir quién soy.
Desde las tinieblas los abrazo, los beso, les sirvo juguito de naranja, los amo por entender tan bien la religión del avión.

Este blog seguirá en pie mientras ustedes lo lean y mientras yo tenga dedos.
Siempre podremos acudir a este hermoso lugar.

Y en breve, y en menos de lo que imaginan, tendrán en sus manos un ejemplar de “El libro Vulgar”.
Hasta entonces, Good Bye Planes.