No duermas jamás.

(Pinche en el título y encienda los altavoces para escuchar la canción con la que se escribió el Post)
Me he acostado a dormir para encontrar que la vida que tenía me la han robado durante esta noche. (¿Estas noches?)
¿Cuántas han pasado? ¿Dos? ¿Tres? ¿Cien?
Abro los ojos y algo no está; no puedo descubrir qué es lo que me han quitado, pero sé que es así. Reviso los cajones, enumero a los gatos, cuento los sobres y abro los cofres. Todo parece estar en su lugar.
Vuelvo a dormirme.
A la mañana siguiente, en la que “creo” que es la mañana siguiente, me encuentro confundida. ¿Cuánto tiempo ha pasado esta vez? ¿Qué me falta hoy? Sigo sin saber.
Reviso mis bolsillos, cuento mis libros, abro el placard… todo parece normal.
Estoy cansada…

Despierto en la tercera mañana, unos minutos antes de que amanezca.
Con las medias puestas piso despacio el piso de madera viejo intentando esquivar las astillas que se levantan amenazantes.
Antes de que salga el sol entro al baño, muy despacio, sin hacer ruido. Quiero verlos cuando entran a robarme todas esas cosas que me sacan mientras duermo. Quiero detenerlos antes de que sigan con sus planes.
Estoy en el baño cuando escucho tus pasos.
Abris la puerta y me encontrás adentro con la luz apagada y en ropa interior.
Me preguntás dormido: “Qué estás haciendo?” y yo dudo antes de contestar “…”

Te parás al lado mío y hacés pis con los ojos cerrados.
Yo te miro.
Apetas el botón, apagás la luz y volvés a la cama.
Me quedo a oscuras otra vez, con apenas unos rayos tenues de luz que se arrastran por debajo de la puerta.

No me hace falta esperarlos despierta, no necesito revisar mi ropa ni mis ahorros.
Ya sé que es lo que me han robado mientras dormía.

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No duermas. No descanses. No cierres jamás los ojos.
Es justamente en ese momento, cuando pensas que todo está bien… que te empiezan a dejar de querer.
Y entonces no importarán todos tus muebles, ni la comida más rica, no importarán las vacaciones juntos, ni los planes del futuro… todo desaparecerá en un chasquear los dedos.
Te habrán dejado de querer.
Y no habrá reemplazo, no habrá consuelo, no habrá un tiempo sanador ni habrá un merecido duelo… de la herida mortal de que te dejen de querer, no se recupera.
Morirás lentamente de amor, y te irás secando y secando…
Y ya no importará dormir o mantenerte despierto, ya no importará salir, vestirte ni comer… no importará nada más, a decir verdad, porque ocurrió, finalmente ocurrió, te han dejado de querer.

1 comentario en “No duermas jamás.

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